BARCELONA -- El día que Víctor Valdés anunció que se iba del Barcelona
temblaron los cimientos del Camp Nou. El portero catalán, que debutó
precisamente este domingo con el Manchester United por la lesión de De
Gea, consideró que avisar con un año y medio de antelación era el mejor
favor que le hacía al club de su vida. Y con la perspectiva del tiempo
se ha demostrado que tenía razón.
La alarma que se instaló en el Barça con la marcha del mejor portero
de su historia parece hoy un capítulo de la prehistoria, olvidado o,
incluso, desconocido. Porque la sucesión no ha podido ser más acertada.
Andoni Zubizarreta (hasta la eclosión de Casillas el mejor portero de la
historia de España) se puso manos a la obra con discreción, en silencio
y con agilidad, para cumplimentar la herencia. Al cabo de un año su
trabajo se debe considerar fenomenal.
Claudio Bravo no sólo acabará la Liga con el trofeo Zamora al portero
menos goleado del campeonato, sino que se convertirá en el menos
goleado de un campeón con 20 equipos en Primera División. Si el
Deportivo no le marca ningún gol el próximo sábado en la jornada que
cerrará el torneo, el chileno igualará los registros de Abelardo con el
Valencia en 1971, cuando encajó esos 19 goles en 30 jornadas, ocho menos
que en la actualidad por cuanto la Primera División la formaban 16
clubs.
En 1994 Liaño encajó uno menos, 18, con los mismos equipos en
Primera. Ese será un reto que Bravo no habrá batido... Pero aquel
Deportivo de Liaño, de Bebeto y Arsenio no conquistó el campeonato que
evitó el penalti fallado por Djukic en el último minuto del último
partido. Si de campeones hablamos, el portero chileno se ha hecho a la
portería del Barcelona como si la conociera desde siempre. Un hecho
realmente insólito.
El meta chileno llegó en silencio pocas semanas después de que se
concretase el fichaje de Ter Stegen y la lógica lo colocaba en el
banquillo a la sombra del joven fichado desde el Borussia. Tanto uno
como el otro tuvieron sendos errores de bulto en pretemporada... Y una
inoportuna lesión del germano le facilitó la decisión a Luis Enrique.
Bravo enlazó los primeros ocho partidos de Liga sin encajar un gol y
ha dejado su portería a cero en 24 de las 37 jornadas, las seis últimas
consecutivamente con intervenciones de mucho mérito que sin tener la
eclosión mediática de los goles de Messi han pesado de manera evidente
en la conquista del campeonato.
En sus siete temporadas como portero de la Real Sociedad encajó 288
goles en 229 partidos de Liga, lo que no era, precisamente, la mejor
carta de presentación ante una hinchada temerosa en la sucesión de
Valdés. Pero Zubizarreta sabía qué hacía.
Lo supo tan bien el defenestrado Director Deportivo que el Barcelona
está a punto de cerrar la Liga como campeón, con la mejor estadística
defensiva del siglo y disponiéndose a disputar las finales de Copa y
Champions, donde Claudio Bravo ha dejado su puesto a un Ter Stegen que,
como él, ha dado la razón a Zubizarreta.
Hoy nadie duda de la portería del Barça. Y en la Liga se ha
conseguido lo que parecía imposible, que Bravo enterrase la sombra de
Víctor Valdés como si tal cosa.
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