El número 51 de Bernie Williams fue retirado el domingo por la tarde en Yankee Stadium y la placa con su nombre fue colocada en el Monument Park.
Jorge Posada estaba allí con su compañero de equipo y pudo ver lo que él mismo vivirá dentro de tres meses, cuando los Yankees de Nueva York hagan lo propio con el número 20 que él vistió por 17 temporadas.
"Ganar cinco anillos con esta organización supera todos los logros
individuales", dijo la semana pasada Posada de visita en ESPN para
presentar su libro "The Journey Home: My Life in Pinstripes", que
escribió con Gary Brozek. "Veo a personas como Don Mattingly, que ni
llegó a Serie Mundial y de verdad me siento orgulloso de haber sido
parte de un grupo de muchachos que lo único que querían era ganar. No
había nada más en mente, solo ganar".
El 'Fab Five' -- Posada, Williams, Derek Jeter, Mariano Rivera y Andy Pettitte
-- regresó al Bronx y tomó el diamante en la ceremonia del retiro del
51 de Williams, el jardinero central de la más reciente época de oro de
la franquicia. En el terreno también estaban Paul O'Neill, David Cone y el dirigente Joe Torre.
El 22 de agosto, los Yankees retirarán el número 20 de Posada, quien
será el jugador número 21 y tercer latinoamericano en Monument Park.
Según la cuenta de Enrique Rojas, el boricua de padre cubano y madre
dominicana será el decimocuarto latinoamericano cuya camiseta es
retirada en las Mayores.
Posada ganó cinco anillos de Serie Mundial, cinco bates de plata e hizo
cinco viajes al Juego de Estrellas en el uniforme a rayas. Terminó entre
los primeros diez en la votación de Jugador Más Valioso en dos
ocasiones y concluyó su carrera con promedio de .273 y .848 de OPS, con
275 jonrones, 1,065 remolcadas, 900 anotadas en 1,829 partidos, de los
cuales 1,574 fueron detrás del plato. Entre los receptores de la
historia de los Yankees quedó segundo en jonrones y primero en dobles
(379), bases por bolas (936) y porcentaje de embasamiento (.374).
"No se me quedó mucho por hacer, pero como siempre, lo más importante al
final eran los anillos", comentó Posada. "Quizás se me quedó ganar un
guante de oro y tuve la oportunidad de ganarlo en 2006, pero no se dio.
Pero cuando miro mi carrera y los números y los anillos, y tengo que
estar conforme con todo lo demás".
"No sé qué hubiese pasado si mi padre (el escucha Jorge Luis de Posada)
no me hubiese cambiado a receptor", recordó. "No creo que hubiese
llegado a Grandes ligas si mi padre no hubiese estado ahí. Y si él no me
hubiese puesto como cátcher... quizás hubiese subido, pero por uno o
dos años y luego hubiese bajado".
En su libro, Posada expresó su decepción por la forma en que fue tratado
por el dirigente Joe Girardi y la organización en el último año de su
carrera. Sin embargo, está consciente de que el homenaje pondrá fin a
muchos de sus sinsabores con la organización.
"La organización de los Yankees es más de una persona", comentó
reflexivo el exreceptor. "Estoy contento con la organización, con la
familia Steinbrenner y con todos estos años. Pasaron unas cosas que no
debieron haber pasado y quizás si hubiesen sido ahora, me hubiese
comunicado más con el dirigente y con el gerente general y quizás no
hubiesen pasado y hubiese podido jugar hasta mejor".
Sobre Pedro: "Hay que seguir adelante"
Aunque sabe que no será amigo de Pedro Martínez,
Posada confiesa haber pasado la página sobre el incidente del tercer
juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana en 2003 que reseñan
ambos en sus respectivas autobiografías.
Martínez dijo que no se consideraba amigo de Posada y dejó entrever que
no le perdona su participación durante la pelea en la que el coach del
banco de los Yankees, Don Zimmer, llevó la peor parte. Posada señaló que
en lo que a él respecta, el incidente no queda en el olvido, pero está
dispuesto a pasar la página.
"No se puede decir que vamos a ir a comer (juntos) a un restaurante en
los próximos días", dijo Posada. "En el terreno de juego hay cosas que
no se deben hacer y que uno hace y las menciono en el libro. Pero creo
que la manera de que ha hablado de mí en los últimos días ha sido... de
la niñez. Hay que crecer y hay que mirar y seguir hacia adelante".
El incidente inició cuando Martínez le pegó con una recta al bateador Karim Garcia, que provocó un intercambio de palabras desde el dugout de los Yankees. Minutos más tarde, Roger Clemens envió un aviso con una recta alta a Manny Ramírez,
lo que provocó la salida de ambos bancos. En el medio de la refriega,
Zimmer, entonces con 72 años, salió por Martínez y este lo envió al
suelo.
Los comentarios recientes de Martínez no han alterado la opinión de
Posada sobre quién es el lanzador que más problemas le dio durante su
carrera.
"Pedro Martínez", respondió sin pensarlo un segundo.
Su vida en uniforme a rayas
En su autobiografía, Posada no solo hace un recuento de su carrera
estelar en Grandes Ligas a la vez que libraba una batalla por la salud
de su hijo , sino la lucha de su padre por salir de Cuba y establecerse
finalmente en Puerto Rico, donde se convirtió en escucha de béisbol y
líder deportivo.
Posada padre fue responsable de firmar, entre otros a Javier López para los Bravos de Atlanta, y a Juan Uribe y Neifi Pérez para los Rockies de Colorado, a la vez que fue el precursor del Torneo de Excelencia, que sirvió de vitrina a jugadores como Carlos Beltrán, Yadier Molina, Javier Vázquez, Angel Pagán y Carlos Correa, entre otros.
"Al principio queríamos hacer una película, sobre lo que pasó mi padre
para salir al exilio, cómo escapó", dijo sobre el libro. "El final iba a
ser un poco de mí. Pero me dieron la idea de hacer un libro y la verdad
que no pensamos en nada más que en la fanaticada; que nos conocieran un
poco mejor".
"Llevo el mensaje de cómo fui yo, lo que toma y lo difícil que es
mantenerse en Grandes Ligas, las cosas que mi padre me ponía a hacer y
no sabía por qué, y que ahora me doy cuenta de que todo era parte de una
disciplina. Esa disciplina fue lo que me llevó a tener la carrera que
tuve".
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