Entre el dolor y las preguntas. Entre el desconsuelo y
las dudas. Así amaneció el fútbol argentino justo el día del festejo
patrio, una jornada que de celebración tuvo poco y nada. La muerte de Cristian Gómez, el futbolista de Atlético Paraná que falleció anteayer en el partido ante Boca Unidos,
en Corrientes, es otro golpe a un deporte que organizativamente no sabe
cómo pararse en el campo de juego y recibe un gol en contra tras otro.
Como siempre sucede en el fútbol argentino, las dudas
siempre son parte de todos los acontecimientos por más trágicos que
sean. La primera que surge es si Cristian Gómez estaba en condiciones de
realizar la práctica profesional del deporte. "Lo último que se le
había hecho fue una ergometría. Le había dado muy bien, parámetros
normales para una persona de su edad (27 años)", destacó José Cáceres,
el presidente del club paranaense. Pero hay otras versiones sobre la
salud de Gómez. "Nos hicimos los chequeos correspondientes que exige la
AFA. Y él me había dicho que no le había salido bien el último
electrocardiograma. Iván (el hermano) decía que era algo normal, que
siempre le salía así", dijo su compañero Ariel Bulay a La Red.
El desfibrilador y sus implicancias son otra parte confusa de esta
historia. El club correntino afirma tener uno a disposición, pero los
médicos del conjunto de Paraná decidieron no usarlo. Cáceres adelantó
que "van a indagar si esa decisión fue la correcta". Miguel Garré, el
médico de Boca Unidos, dijo sobre el aparato: "Estaba en el lugar que
corresponde". Dos meses atrás, la AFA
repartió 150 desfribiladores a más de 100 clubes, pero en muchos casos
no se los sabe utilizar. "Cada diez casos de muerte súbita por una
arritmia, si el desfibrilador llega a la persona en menos de 3 minutos,
hay un 80 por ciento de posibilidades de que se salve", explicó el
cardiocirujano y vicepresidente de la Fundación Cardiológica Argentina,
Roberto Peidró. Y queda por resolver porqué no se previó una puerta de
acceso al estadio más amplia para que la ambulancia pudiera ingresar en
el campo de juego para asistir a Gómez.
Ayer la calma de feriado de Rafaela se vio alterada por el
entierro de Gómez. Los restos del futbolista viajaron de Corrientes a la
ciudad santafecina anteanoche, a la mañana fue el velatorio y a la
tarde el entierro. Sus compañeros de Atlético Paraná estuvieron en el
adiós. Uno de los más compungidos era su hermano Iván, que se enteró del
deceso de Cristian mientras jugaba un partido para Peñarol, por la Liga
Rafaelina, en la cancha auxiliar de Ben Hur. El DT de su equipo,
Gabriel Manzo, se enteró de lo que había sucedido en Corrientes y sacó
del equipo a Iván, que es el capitán. Mientras trataba de entender la
variante y mostrando cierta bronca, Gómez fue llevado por algunos
dirigentes al vestuario, donde le contaron lo sucedido
Una muerte más en el fútbol argentino. Con dolor. Y con preguntas
0 comentarios:
Publicar un comentario