sábado, 16 de mayo de 2015

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La línea medular del Madrid no resistió a la “innegociable” BBC
A cuatro días de cerrarse el mercado de verano y justo antes de comenzar la Liga, Ancelotti se quedaba sin Xabi Alonso y Di María. El único ‘5’ auténtico en la plantilla y el ensamblador para que la BBC funcionara sin taras abandonaban el barco de la 2014-15 sin margen de maniobra para el italiano. Carletto (“yo soy un técnico de club, no de jugadores”) fió la temporada a recomponer un centro del campo a base de lo que le dejó una planta noble sin la figura de director deportivo desde el 14 de julio. Reconvirtió mediapuntas en mediocentros (James e Isco) y supeditó el equilibrio defensivo en dos volantes: Modric y Kroos. El plan se sostuvo hasta que aparecieron las lesiones y el cansancio porque Khedira, Illarramendi o el mismo Lucas Silva protagonizaron un papel residual.

La base física no se cultivó en pretemporada. Primaron los ingresos que dejó la gira norteamericana (12 días y tres partidos) por encima de una plantilla que se subió al tren de la competición muy pronto, en Cardiff el 12 de agosto (Supercopa de Europa), sin apenas descanso y preparación. La mitad de ellos habían disputado el Mundial de Brasil. Y el bolo en Dubai, en el mes de diciembre, evidenció que el estado físico de los jugadores era una cuestión menor para la entidad porque el equipo firmaba 22 victorias consecutivas. El Madrid iba como un tiro, pero quedaban cinco meses de competición...
Kroos se había adaptado bien al rol de ancla del equipo (pese a que en el Bayern siempre jugó en esa posición acompañado de otro especialista como Schweinsteiger o Lahm), pero acusó el cansancio al final: ha disputado el 86% de los minutos. Ancelotti insistía en diciembre que no vendría ninguna incorporación, pese a las pocas oportunidades que estaba brindado a Illarramendi, aun con la lesión de Modric, y la aparición en escena del canterano Medrán (131 minutos)...
Illarra. El de Mutriku seguía en la plantilla porque cederle o venderle a un precio mucho menor de los 38,9 millones de euros que costó hubiera sido reconocer un error. Pese al discurso del entrenador, el club le trajo a Lucas Silva. Costó 14 millones de euros (cuatro más de lo que le valió Xabi Alonso al Bayern), pero Ancelotti no lo pidió. Un misterio. Modric todavía estaba aguardando su regreso. El croata se ha perdido en total el 43% de los partidos de esta campaña por lesión. Esa ausencia coincidió con otra lesión grave como la de James (60 días). Esto obligó al técnico a recomponer nuevamente un centro del campo hipotecado al 4-3-3 por la “innegociable” BBC. Fue cuando apareció de nuevo la figura de Khedira, completamente residual hasta esa fecha porque acaba contrato el 30 de junio y el alemán había echado un pulso a la entidad en verano. Carletto, que ya le puso de titular en Lisboa, no tuvo reparo en alinearle el día del fatídico 4-0 en el Calderón por delante de Illarra. “Con los tres de arriba hemos ganado la Champions y el Mundial de Clubes, así que me parece que la pregunta no tiene sentido”, se defendía cuando le preguntaban si no iban a tener descanso Bale, Benzema o Cristiano. Sin el galés el Madrid ha ganado esta temporada 13 partidos de 14 con ese 4-4-2. Los síntomas de alarma se acrecentaron con la derrota en el Camp Nou (2-1). Inmediatamente después se fichó a Danilo, debido a la preocupación del club por la investigación de la FIFA.
Cuando cayó nuevamente Modric, Ancelotti tiró de Ramos para el centro del campo. Pero en Turín se escenificó el naufragio. El cansancio y las lesiones erosionaron los andamios de una plantilla en la que sólo 12 jugadores disputaron al menos el 50% de los minutos y en la que se utilizaron 18 centros del campo distintos.

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