sábado, 16 de mayo de 2015

espn
Paul Pierce, Kyle Korver
WASHINGTON - DeMarre Carroll estaba a punto de llorar. Su colega Jeff Teague pensaba que iba a sufrir un infarto. Sus compañeros y el grupo técnico se reunieron cerca de la media cancha, ansiosamente anticipando la revisión de la jugada entre el grupo de árbitros en el Verizon Center y los oficiales en el centro de repeticiones que está localizado en Secaucus, New Jersey.

Pero gracias al reloj de juego, el triple que encestó Paul Pierce fue anulado luego de que los árbitros habían confirmado que el veterano de los Washington Wizards había lanzado el balón luego de que el tiempo de juego se había agotado, para entonces por fin brindarle una victoria 94-91 la noche del viernes a los Atlanta Hawks en el Juego 6 de la semifinal de la Conferencia Este y su primera aparición en una final de conferencia/división en más de cuatro décadas. "Me hubiera gustado poder haberle cumplido", sentenció Pierce. "Es difícil. Siempre decimos que es un juego de pulgadas, de segundos. Esta noche perdimos contra un buen equipo". Atlanta, que ha sido parte de la Conferencia Este desde la temporada 1970-71, había participado en 15 semifinales pero nunca pudo dar el próximo paso a pesar de los buenos equipos que la organización tenía formado en aquellas oportunidades. El Juego 1 de los Hawks en su primer pase a la final de la Conferencia Este se llevará a cabo el próximo miércoles contra LeBron James y los Cleveland Cavaliers en el Philips Arena. 
 Carroll y los Hawks pensaban que ya tenían el partido en el bolsillo y el boleto hacia la final de la Conferencia Este ponchado luego de que el alero había encestado un par de canastas durante un tramo de 27.2 segundos para extender el marcador 93-89 restando 30.9 segundos en el cuarto periodo, lo que entonces ocasionó una ola de aficionados marcharse hacia las puertas de salida del Verizon Center. Pero por alguna razón u otra, existían algunos dioses del baloncesto que estaban desarrollando otro capítulo en la ilustre carrera de Pierce en esta única etapa de la temporada donde siempre ha tendido a brillar. Restando 18.7 segundos, Horford recibió un pase de banda e inmediatamente le pasó el balón a Kyle Korver. Pero éste intentó devolverle el balón al quisqueyano y Bradley Beal interceptó el pase. Garrett Temple, quien apenas jugó 12 segundos -cada uno de ellos en la recta final del cuarto parcial- fue el receptor de una falta cometida por Paul Millsap, tras un intento de tiro restando 7.8 segundos, el jugador anotó el par de tiros libres y puso el partido, 93-91. Horford tuvo la oportunidad de sellar el emocionante encuentro pero falló el primer tiro libre antes de meter el segundo para extender el marcador, 94-91, faltando 6.4 segundos. Los 20,356 aficionados, que llenaron el Verizon Center a capacidad total y cuyo gruñido se había sentido cuando su conjunto favorito estuvo perdiendo 91-81 con 9:03 por jugar en el encuentro, anticipaban otro acto heroico de Pierce mientras en entrenador en jefe Randy Wittman armaba lo que culminaría siendo la última jugada de la temporada de Washington. John Wall recibió el pase de banda en el costado izquierdo de la cancha y Carroll, quien lo marcaba ya tenía en cuenta los partidos de esta postemporada que habían sido determinados por tiros en los últimos alientos y pensó cometer una falta que hubiera puesto al base estelar de Washington en la línea de tiros libres. No obstante, Carroll calculó la intensidad de la amonestación por parte de su coach, Mike Budenholzer, y dejó que Wall se dirigiera cerca del medio de la zona del arco, donde hizo un salto y le pasó el balón a Pierce. Pierce ya había tomado su tiempo el sábado pasado cuando cantó 'Juego' y encestó el tiro que cobró el tercer partido de las semifinales de la Conferencia Este. Y Pierce también se adelantó a cantar 'Serie' tras el enceste del tiro que puso a Washington brevemente por delante en el Juego 5 antes de que los Hawks lo ganaran gracias a un enceste de último segundo de Horford. Sin embargo, al recibir el balón con poco menos de 2.0 segundos, Pierce dribleó el balón una vez y tomó otro paso antes de lanzarlo por encima de Korver y Horford. Esta vez fueron los árbitros quienes cantaron 'Juego' y 'Serie' a favor de Atlanta. "Sólo vi a Paul Pierce tirar el balón. Iba a llorar. Dije, 'otra vez no'", aseveró Carroll. "Entró pero los dioses del baloncesto estaban en nuestro lado". Una afición que en momento aullaba de la alegría tras experimentar de nuevo como el balón lanzado por Pierce entraba por el aro y rozaba la red, instantáneamente hizo un giro y batallaba con la melancolía del fin de la postemporada. "Obviamente hizo un tremendo trabajo para ponernos en la posición de tener la oportunidad de empatarlo. Fue por poco muy tarde", apuntó Wittman.

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