INDIANAPOLIS -- No se tuvo que decir nada a Frank Gore. Él sabía lo que
pasaba más allá que lo expresaban públicamente. El entonces corredor de
los San Francisco 49ers estaba experimentando la última fase con sus
propios ojos.
Los jugadas, las mismas donde recibió el balón durante más de 10 años
con la organización, se corrían la temporada pasada con él en las
laterales.
"No toqué la roca tanto como antes", dijo Gore. "Algunas jugadas eran
mías y me ls quitaron. Simplemente creo que querían irse en otra
dirección. Era difícil. Nunca quieres dejar un lugar donde estás
cómodo".
Y mientras continuaba la fase de salida, los ojos de Gore y su mente
comenzaron a dirigirse a otro lugar. Se movieron unas 2,300 millas al
este hasta Indianapolis. Gore sabía que quería continuar su carrera,
pero debía ser la situación adecuada.
Los Indianapolis Colts y Gore se necesitaban uno al otro.
El experimento de los Colts con Trent Richardson como corredor se
convirtió en lago cada vez más vergonzoso para la franquicia conforme
avanzaban las semanas, mientras fracasó en promediar 4.0 yardas por
acarreo. Los Colts no podían continuar ese camino en el backfield.
Necesitaban un juego terrestre para completar el brazo del mariscal de
campo franquicia Andrew Luck.
Gore levantó el teléfono al final de la temporada y marcó el número de un jugador que conoce bien.
Llamó al receptor de Indianapolis, T.Y. Hilton. Ambos son de South
Florida y el primo de Gore fue compañero de Hilton en la Florida
International University.
"Llamé a T.Y., y expresé, 'diles que estoy interesado', sin siquiera
saber si ellos lo estaban en mí", recuerda Gore. "Deduje que no
estuvieron contentos con Trent durante la temporada. Observé desde la
distancia cómo mejoraron año con año y tenían a uno de los mejores
mariscales de campo en la liga con Andrew, pero no sabía demasiado sobre
la franquicia".
Hilton no necesitó una aproximación de vendedor de autos usados para
convencer a los Colts sobre Gore. Luck era el Porsche equipado que
necesitaba más piezas para que las cosas se aligeraran.
A pesar de que alcanzaron el Juego de Campeonato de la AFC el año
pasado, los Colts sólo han visto a un jugador correr más de 100 yardas
en los 48 inicios profesionales de Luck en temporada regular. No han
tenido un corredor de mil yardas en una temporada desde el 2007.
"Todos quieren jugar con Andrew", declaró Hilton. "Es un imán de
agencia libre. Le dijo [a Gore] que necesitábamos un corredor bueno y
sólido. Tenemos a Boom [Daniel Herron]. Él hace grandes cosas para
nosotros pero necesitábamos ese corredor del estilo de Frank. Somos una
ofensiva con esquema de poder y si estilo encaja a la perfección. Le
dijo que él nos ayudaría mucho. Realmente no tuve que venderlo mucho".
Gore ya tenía un compromiso verbal con los Philadelphia Eagles al
inicio de la agencia libre el 10 de marzo, pero su mente seguía en
Indianapolis, no con Chip Kelly ni la ofensiva de los Eagles. Gore, que
no conocía las potenciales consecuencias, le dijo a su agente que
continuara negociando con los Colts para tratar de aterrizar algo.
"Es un negocio", sostuvo Gore. "Yo quería estar aquí. He estado con
[el coordinador ofensivo Pep Hamilton] y es una ofensiva similar. No
podría ser mejor".
El hecho de cumplir un rol limitado no fue lo único difícil para Gore
en el 2014, también haber quedado al margen de los playoffs después de
tres años al hilo alcanzando la Final de la Conferencia Nacional con los
49ers.
Hubo otros intentos de reclutamiento por jugadores que Gore conoce
alrededor de la liga, pero a pesar de sus esfuerzos y el dinero lanzando
en su dirección, todo se redujo a tres cosas: la oportunidad de jugar
con Luck, el deseo de llegar a una organización con potencial de Super
Bowl y la relación de Gore con Hamilton. Hamilton estuvo en el personal
de San Francisco en el 2006, cuando Gore corrió una máxima cifra
personal de 1,695 yardas.
"Al observarlos en el pasado y por los muchachos que tienen en el
vestidor y mi tiempo con el personal de entrenamiento, todos están
saludables y en la misma página sobre nuestra oportunidad", expuso Gore.
"Se trata de resolver las cosas pequeñas. Ellos se encargan de las
cosas pequeñas. Cuando haces eso, queda claro cuán serio eres".
Gore, recargado en su silla y con los pies sobre el casillero, a
veces se descubre pensando en la próxima temporada. Ha pasado la mayoría
de su carrera enfrentando defensivas que cargan la caja con ocho o
nueve defensivos.
Eso no será posible gracias a Luck --a quien Gore consideró uno de
los jugadores más inteligentes que ha conocido-- y las armas que tiene
en receptores y alas cerradas. Los Colts consiguieron aguantar sin mucho
juego terrestre para terminar 3° en la NFL por yardas totales la
temporada pasada. Ahora con Gore en la mezcla, deben ser aún mejores.
"Pienso que es una pieza emocionante para ellos", declaró el coach de
los Seattle Seahawks, Pete Carroll, durante las juntas de dueños en
marzo. "Sumas al receptor [Andre Johnson], también. Debe ser muy
emocionante [...] con esos dos elementos para añadir al mariscal de
campo en un equipo que ya es bueno. [Gore] tiene un estilo tremendo.
Sientes la intensidad cuando él juega. Nuevamente, él puede cumplir a la
hora de la verdad y hacer que las cosas sucedan cuando lo necesitas. Es
difícil enfrentarlo y cualquiera que lo tenga en su equipo debe
emocionarse por eso".
Las estadísticas sugieren que Gore, quien firmó acuerdo por tres años
y 12 millones de dólares con los Colts, deberá ver un detrimento en su
producción esta temporada. Acaba de cumplir 32 años y Ricky Williams es
el último corredor que alcanzó más de mil yardas en esa edad o mayor.
Williams alcanzó 1,121 yardas con los Miami Dolphins en el 2009.
Para Gore, la diferencia entre estar en San Francisco e Indianapolis
es que no necesita tocar el balón 15 veces por juego para que los Colts
ganen. Simplemente necesita liberar presión a los hombros de Luck para
que la defensiva esté obligada a respetar el juego terrestre.
"Siento que cada juego puede ser distinto", consideró Gore. "Si en
algunos partidos hay que lanzar 50 o 60 veces para ganar, estaré de
acuerdo. A veces tendremos que pegar por abajo. Simplemente quiero
ganar. Esa es la razón por la que vine. Sólo para ganar".
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