LIMA -- Ricardo Gareca fue meticuloso. Sus atacantes también. Sus carrileros eventuales satisfacían a ambos.
El técnico argentino que dirige a la selección peruana de cara a la
Copa América, ensayó ayer durante casi una hora movimientos especiales
para tratar de fragilizar a la defensa mexicana.
Gareca sabe cómo, como entrenador y como ex delantero. Sabe que
México sufre por arriba y sabe que tiene gente dominante de área, como
Paolo Guerrero, Jefferson Farfán, Claudio Pizarro, y jugadores
defensivos como Carlos Ascues.
El ensayo consistía en originar desde el centro balones a los arribos
de los carrileros eventuales, no definidos. Los centros, en su mayoría
lograban el propósito de aterrizar al segundo palo y en el punto penal, y
la mayoría de los remates terminaban por ir al arco y a veces a la red.
Obviamente la marca sobre ellos no era como deberá darse en el
encuentro ante México.
En una práctica que se prolongó por hora y media, con ánimos
festivos, Paolo Guerrero, recién transferido de Corinthians a Flamengo, a
pesar de su alejamiento de los medios, demostró que es uno de los más
motivados para la competencia.
En otro proceso del entrenamiento, Gareca iniciaba con jugadas de
arranque por una banda, generando cambios de juego, hasta concluir con
otro más, a profundidad, esperando que precisamente el futbolista que
había comenzado la jugada, apareciera en el área, en zona totalmente
descubierta, de preferencia a segundo poste.
Sabedor de lo importante que son los carrileros en los equipos de
Miguel Herrera, técnico del Tri, Gareca fue ensayando despliegues por
sorpresa a la zona que eventualmente pudiera quedar desprotegida.
Lo que es evidente es que pretende saltar líneas cuando sea posible,
especialmente porque no ha encontrado un generador o un creativo
destacado, menos aún tras la marginación de Cristian Benavente, del Real
Madrid Castilla, que valoran mucho en la Casa Blanca y en especial los
medios y los fanáticos peruanos.
Evidentemente, Gareca prefiere experiencia, aunque contra el fervor
popular tampoco citó a Irven Ávila, Paulo Albarracín, Alexander Callens,
Gustavo Dulanto, Daniel Chávez y Rinaldo Cruzado.
Mientras se daba este trabajo enfático en penetración y remates, otro
grupo trabajó en espacios reducidos, más empeñados en labores
defensivas.
Antes del enfrentamiento ante México, la selección peruana se
concentraría en la Villa Deportiva Nacional, permanecerán ahí la misma
noche después del juego, y hasta el fin de semana podrán reunirse de
nuevo con sus familias.
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