Corre peligro la final femenina de este sábado en Roland Garros, si hay que juzgar por las palabras de la máxima favorita, Serena Williams.
La número uno del mundo y dos veces campeona en París suspendió su
entrenamiento y no se movió del apartamento parisino donde reside.
Serena guarda reposo absoluto y no está segura de poder jugar la final (prevista
para este sábado, 15:00, en la Philippe Chatrier). Una declaración
oficial distribuida por la organización, Serena asegura entre comillas:
"No sé cómo pude llegar al final del partido de semifinales contra
Bacsinszky; cuando terminó sufrí una especie de colapso. No me podía
mover. Vi al médico y desde ese momento me he quedado en casa
descansando. Tengo alguna clase de virus gripal que solo puede mejorar
con hidratación y descanso, no hay mucho más que se pueda hacer un
médico. Ha venido a verme a casa y veremos si sirve de ayuda, pero no
pienso que pueda hacerse nada. Necesito tiempo y no tengo mucho, aunque
siempre ayuda estar en casa y tener conmigo a mi familia y amigos".
Serena no garantiza al 100% su presencia en la final ante la checa Lucie Safarova
(que también juega la final de dobles en compañía de Mattek-Sands).
Para Safarova se trata de su primera final en Grand Slam. Argumentos
finales de Serena Williams: "Estar en la final aquí en París significa
muchísimo para mí y es una gran decepción que ahora me sienta tan baja,
es un auténtico infortunio, aquí, donde me siento en mi casa (Serena
mantiene una relación sentimental con su técnico, Patrick Mouratoglou) y
quiero ganar con todas mis fuerzas. Solo espero que mañana me vaya
sintiendo mucho mejor y pueda ser capaz de dar lo mejor en la pista".
¿Será capaz de 'sentirse mejor'...?
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