Omar Infante podría pasar a la historia como el pelotero con más bajo rendimiento que asista a un Juego de las Estrellas.
Y peor aún, que lo haga como abridor titular en su posición de segunda
base, con su average de .221, ningún jonrón y promedio de embasamiento
de 229.
Está bien que a los fanáticos de los Reales de Kansas City todavía les dure la euforia por el viaje a la pasada Serie Mundial, después de una sequía de 30 años.
Pero colocar a fuerza de votos a Infante y casi todos los demás como
titulares en el equipo de la Liga Americana del próximo Juego de las
Estrellas es una muestra más de que el sistema que se aplica es
disparatado.
Más bien, podría ser la gota que derrame la copa y provoque los necesarios cambios en el sistema de selección.
Sí, ya sé lo que dirán en Kansas City: "nosotros votamos por nuestros
jugadores, les dimos nuestro apoyo y ustedes no lo hicieron con los
suyos, así que no se quejen".
Eso no lo discute nadie. Pero lo que se veía desde hace años es que el
sistema está quebrado y en algún momento tenía que explotar la bomba.
¿Cómo hacer entonces, de manera que los fanáticos sigan con cierto poder
de llevar a sus jugadores preferidos al Juego de Estrellas, pero sin
llegar a este punto de lo absurdo?
Aquí les presento mi idea, una que considero bastante sencilla de
implementar: Como cada franquicia debe tener un representante en el
clásico de mitad de temporada, los aficionados podrían votar por un solo
jugador de cada equipo.
Las planillas, en lugar de estar diseñadas por posiciones, deberían
tener la lista de los equipos y que los fanáticos voten por un pelotero
de cada uno de los 30 conjuntos.
El que más votos consiga de cada franquicia estará presente en el encuentro.
Así, por ejemplo, los fanáticos de los Reales podrán poner por su deseo a un jugador solamente.
Quedaría en manos de managers y coaches la selección del grueso de los
jugadores y les tocaría ponerse de acuerdo sobre qué bases establecer
los criterios de escogencia, con un punto intermedio entre las
estadísticas tradicionales y la sabermetría.
Con esto, estaríamos haciendo que los demás que asistan al Clásico de
mitad de temporada se lo ganen por su actuación en el terreno, por su
rendimiento en los primeros meses de la contienda, para que vayan con
justicia los que más estén brillando en ese momento.
Porque es inconcebible que Eric Hosmer esté por delante de Miguel Cabrera o Prince Fielder, e incluso Mark Teixeira en la primera base.
Que Infante defienda la intermedia primero que José Altuve o Jason Kipnis y haga combinación con Alcides Escobar, por delante de José 'Candelita' Iglesias o Xander Bogaerts.
Ni hablar de los jardines, donde sólo Mike Trout
no vestirá el uniforme azul de los Reales en la alineación abridora el
14 de julio en el Great American Ball Park de Cincinnati.
Si los fanáticos sólo votaran por un jugador por cada equipo, entonces el venezolano Salvador Pérez sería el único representante de Kansas City por elección popular, mientras que el antesalista Mike Moustakas posiblemente sería llamado por su buen desempeño.
Entonces sería de verdad un Juego de Estrellas. Pero al paso que van las
cosas, el espectáculo se limitará al Derby de Jonrones, un día antes
del partido.
0 comentarios:
Publicar un comentario