En la F-1 todo puede cambiar en un instante. Tópico real. O no tanto.
Tras Hungría, Verstappen supera a Sainz: 22 puntos para Max por nueve
de Carlos. Lo que pasó en Budapest, con el cuarto puesto de su compañero
y el abandono del 55, fue vital. Pero también los problemas que ha
tenido Carlos en esta primera parte de la temporada de su debut en F-1.
Empezamos en Australia. El madrileño calificó séptimo, mejor debut
español en la historia, pero en carrera primero tuvo un toque con
Raikkonen, que le dejó con el alerón dañado; llegó a estar quinto, a
pesar de fallos en la entrega de potencia del motor, y cuando era sexto
sus mecánicos tardaron 32 segundos más que el resto y acabó noveno.
En Malaisia, en plena Q1 comienza a caer agua y el equipo le saca en
la lluvia y no puede mejorar su tiempo (15º). En carrera, acaba séptimo
justo por detrás de su compañero que salía sexto y con la estrategia
buena. De no ser así, Carlos le hubiera superado. En China salía 14º, en
la segunda vuelta hace un trompo con los medios cuando todos iban con
blandos y después se le para el coche en mitad de la pista por problemas
con la caja de cambios: decimotercero final. Bahrain, otro circuito
poco favorable para su Toro Rosso; entra en la Q3, noveno, con Max
decimoquinto, pero ya en carrera le sancionan con cinco segundos por
exceder velocidad en la vuelta de reconocimiento y, cuando estaba en
remontada, una rueda mal apretada provoca su primer abandono. En España
completa una gran calificación: quinto. Después, mala salida, problemas
de potencia al principio en el propulsor Renault, pero al final, en un
arranque de coraje, termina noveno después de dos grandes pasadas a
Verstappen y Kvyat, piloto de Red Bull. Llegamos a Mónaco, octavo en
calificación, pero fue descalificado después por no pasar el pesaje en
la Q1. En carrera, uno de sus mejores momentos con una gran remontada
hasta el décimo puesto en el legendario circuito urbano.
El de Canadá, quizá el único gran premio sin problemas, sólo falta de
potencia del motor en un circuito de esas características, pero acaba
duodécimo por delante de Ricciardo. Y llega la peor racha. En Austria,
tras ser segundo en la Q1, encontró tráfico en su vuelta buena. Sale
duodécimo, asciende al noveno cuando le hacen una parada en boxes lenta,
después sanción de cinco segundos por superar velocidad permitida en el
pit lane y al final abandono por motor. En Silverstone entra en Q3 y le
mete medio segundo a Verstappen, octavo por 14º, pero en carrera
abandona por avería de motor. Y Hungría, duodécimo en parrilla, mala
configuración del coche y abandono por un fallo de su equipo. Antes, la
estrategia favoreció a su compañero. Hubiera sido cuarto o quinto.
¿Por qué se ha producido todo esto? Hay una cuota de fatalidad, pero
también es cierto que el equipo está más pendiente de Verstappen y en
ocasiones ha perjudicado a Carlos, algún error de juventud y los fallos
del motor Renault. Sainz debe dar un toque de atención, como ya hizo en
Budapest, a su equipo, hacerse valer, el propulsor mejorará desde Rusia,
él aprende cada día y coge experiencia y la suerte... quizá llegue.
¿Talento? Sobra.
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