Los campeones de África de 2013, Senegal, los Leones de Dakar,
pueden salir a pista con un quinteto titular que roza los 2,03 de altura. Así pueden alzar una zona como una muralla oscura, flexible y atlética. Todo eso valió a Senegal para obtener un 2-8 a los tres minutos... y para casi nada más.
Un parcial de 10-2 en dos minutos determinó (a base de rebotes y
triples) la primera ventaja de la Selección a la que Scariolo demandaba “menos errores en la ejecución defensiva y ofensiva”, y “contestar cualquier tiro”.
Esto ocurría sin Pau Gasol ni Sergio Llull en un quinteto
inicial español donde emergía el dúo interior del versátil Mirotic y el
eterno Felipe Reyes, al pívot. San Emeterio se manejaba en el ala y Sergio Rodríguez subía el balón con Rudy Fernández como escolta. Ese equipo cerró en defensa, reboteó más que Senegal en ambos tableros, corrió... y anotó con profusión de tres en tres gracias esencialmente a Rudy, Mirotic y San Emeterio: 26-14 en el primer cuarto y 48-27 al intermedio, con 8/20 en triples,
los dos últimos antes del descanso a cargo de Sergio Rodríguez. Llull y
Gasol ya habían aparecido a mediados del primer cuarto:
Pau, con
camiseta térmica interior para calentar dorsales y lumbares. Tras los
dos triples del primer minuto, Senegal solo había firmado 21 puntos en
los otros 19 minutos de la primera parte.
Después, y con Gorgui Dieng (el pívot de Minnesota) en tres faltas, de paso para 17 puntos, España siguió con Rudy al frente: y golpeó al galope la anarquía de los africanos (74-40 como cierre del tercer cuarto). Más suelto, Pau Gasol remató 15 puntos
en transiciones restallantes. Rudy escapó hasta 17 tantos finales y
otros cuatro (Claver, Rodríguez, Mirotic, San Emeterio) anotaron diez o
más puntos. El seleccionador senegalés, Sarr, fue descalificado. Al fin, 96-49 y 16 triples. Parece ir funcionando...
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