Hay un axioma en la Copa Davis que dice que el ránking no cuenta. Se demostró en Vladivostok, donde Evgeny
Donskoy, 178º del mundo y habitual del circuito challenger, derrotó a
Tommy Robredo, 21º de la ATP, por 6-3, 5-7, 6-2 y 7-6 (7/3).
España, tras el 0-2 del viernes, tropezó en el dobles y ahora se ve
abocada a un quinto punto que disputará Pablo Andújar, frente al
geniecillo Andrey Rublev. La victoria da la llave para el playoff de ascenso al Grupo Mundial (18-20 septiembre). La derrota, a jugar contra Dinamarca,
que perdió en marzo frente a Rusia. Si se gana, se permanecerá en
segunda. Si se pierde, tocará enfrentarse en octubre a un rival del
Grupo II Europa-África para mantenerse o descender al Grupo II.
El capitán Shamil Tarpischev relevó a Khachanov por Donskoy, que se mostró muy fiable en el dobles.
El moscovita, que va este año 0-3 en el circuito ATP y que tiene como
mayor mérito haber ganado el Torneo del Espinar en 2012, se montó sobre
las bolas con la derecha como si fuera Novak Djokovic. Rapidísimo y
profundo. Un break rápido en el cuarto juego del primer set rompió los
esquemas de Robredo, que disputaba su vigésimo partido en la Davis. Era
una advertencia seria.
Se llegó a una cuarta manga y el número uno de España tuvo con 4-5
tres bolas de set que le hubieran alargado la agonía en un quinto
parcial. No las aprovechó. En un carrusel de nervios se llegó a la
muerte súbita. Entonces, el ránking no pesó. La Davis, que se ha vuelto
truculenta para España, decidió seguir fiel a su axioma.
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