No hemos entrado en el mes de septiembre y los problemas se acumulan en los Cleveland Cavaliers. A la negativa de Tristan Thompson de renovar con la franquicia de Ohio (el equipo ofrece 80 millones por cinco años y el ala-pívot quiere 94 por ese mismo tiempo), ahora se suma la más que probable baja de Kyrie Irving hasta el mes de enero.
Los pasados playoffs fueron un auténtico calvario para el base de los Cavs
por las lesiones. El papel de Irving en la fase final de la NBA estuvo
limitado de tal forma que solo jugó 13 de los 20 encuentros, la mayoría
de ello cojo, con un único partido en las Finales frente a los Golden State Warriors. El
diagnóstico fue una fractura en la rótula de la rodilla izquierda,
agravada por una tendinitis, con un tiempo estimado de baja entre tres y
cuatro meses. Es decir, llegaría muy justo al inicio liguero, pero esa hipótesis parece descartada.
La fatiga física y las bajas que sufrió el equipo de Blatt en el momento crucial de la temporada, han provocado que se llegue a la conclusión de que las primeras espadas deben limitar su tiempo en pista. El plan inicial es que tanto LeBron como Irving dosifiquen sus apariciones durante la Temporada Regular,
aunque esta idea parece haberse radicalizado con la propuesta de que el
base no aparezca por las pistas hasta después de las fiestas navideñas,
lo que significaría no contar con Irving durante los primeros 30 partidos de la próxima campaña.
Sus minutos de juego durante la pasada campaña fueron un
disparate. Con 36,4 de media, el rookie del año en 2012 fue el tercero
de la Liga que más tiempo disputó, solo por detrás de Butler y Harden. Una barbaridad que se suma a los 36,1 de LeBron, quinto en la lista. Para evitar esta saturación, los Cavaliers han fichado a Mo Williams para la posición de base y Richard Jefferson como recambio de James.as
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