lunes, 10 de agosto de 2015

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Barcelona
BARCELONA -- Luis Enrique apuntó la clave en Florencia: “Si no lo damos todo, no somos tan buenos”. El entrenador asturiano se refirió de esta manera al peligro de rebajar la exigencia en el vestuario del Barcelona. “Tenemos hambre de títulos”, proclamó el sábado Rakitic en lo que se podría adivinar la mejor contestación al técnico. En Tbilisi se conocerá la respuesta definitiva.
Luis Enrique formaba parte del Barcelona que conquistó en 1997 la Supercopa de Europa frente al Borussia Dortmund, la segunda de las cuatro logradas por el club azulgrana y que este martes tiene la oportunidad de igualar las cinco con que el Milan es el Rey del continente de este torneo. Shakhtar en 2009 y Oporto en 2011 cedieron ante el Barça de Guardiola, que formaba parte del equipo que logró, en 1992, la primera frente al Werder Bremen.
Contra el poker de títulos, otras cuatro derrotas alumbran el historial azulgrana en la Supercopa de Europa. Le derrotó el Nottingham Forest del legendario Brian Clough en 1979, tres años después, en 1982, lo hizo el Aston Villa de Tony Barton, y en 1989 cayó frente al inolvidable Milan de Arrigo Sacchi. Con todo, es la derrota de 2006, la sufrida en Mónaco frente al Sevilla, la que más asoma en el pensamiento. En el recuerdo como el mayor aviso.
HISTORIA
“Fiestas, homenajes y entrevistas. Mientras el Sevilla preparaba el partido, el Barça enlazaba un acto con otro, con Ronaldinho dando vueltas atendiendo a todo el mundo. A la hora del partido, el Sevilla nos aplastó”, rememoró para ESPN un colaborador de Frank Rijkaard, para quien el equipo azulgrana “no preparó aquel partido”.
Cuando comienza la temporada oficial, evitar la relajación se entiende como uno de los mayores retos para el cuerpo técnico de Luis Enrique. Y fijarse en la historia es la mejor de las enseñanzas. Borracho de éxito tras la conquista de la Champions en París, en 2006, al Barça del doblete de Rijkaard y Ronaldinho le tumbó el Sevilla de Juande Ramos por un inapelable 3-0 en Mónaco.
Renato, Kanouté y Maresca y arrodillaron de mala manera a un Barça narcisista, que siguió mirándose en el espejo mientras convertía aquella temporada 2006-07 en un descenso al abismo que no acabó hasta la primavera de 2008, cuando Laporta entendió innegociable un golpe de timón.
No es el único ejemplo válido. En marzo de 1993 el Dream Team de Johan Cruyff derrotó al Werder Bremen para conquistar su primera Supercopa de Europa, meses después de que el entrenador holandés amenazase con un barrido en la plantilla por el desastre en la Champions. Campeón de Europa en Wembley en mayo de 1992, el Barcelona fue eliminado por el CSKA Moscú en la eliminatoria previa a la fase de grupos.
El 4 de noviembre de 1992, mientras en Eindhoven un tal Romario marcaba los tres goles con los que el PSV derrotó para eliminar al AEK Atenas, en el Camp Nou el CSKA ruso se despedía de la Champions en media hora con los goles de Nadal y Begiristain... Para dar la vuelta al marcador, ganar 2-3 en una remontada impensable y echar de Europa al campeón.
“Habrá que tomar medidas. Si no hay seriedad no somos tan buenos”, avisó Cruyff, en un toque de atención que sirvió para que el Dream Team despertase y ganase, además de la Supercopa de Europa, la Liga en la primavera de 1993. Una época en la que Luis Enrique jugaba (así es la historia) en el Real Madrid que perdió dos títulos de Liga consecutivos en Tenerife.
No es un secreto que la borrachera de éxitos ha provocado relajaciones que han arrastrado al fracaso y al hoy entrenador azulgrana le ocupa tanto preparar a los suyos como evitar aquella circunstancia. Es lo que logró Guardiola en 2009, cuando al triplete le siguió el sextete, o en 2011, cuando a la Liga y la Champions siguieron como inicio de la siguiente campaña las Supercopas de España y Europa y el Mundial de Clubs en diciembre.
El hoy entrenador del Bayern apretó siempre de tal manera a sus futbolistas evitando esa temida relajación que la presión que se vivió en ese vestuario acabó con su salida, alejado personalmente de no pocos de los jugadores a los que catapultó a lo más alto.

A Luis Enrique le toca ahora mentalizar a su vestuario. “Todo ganado, todo por ganar”, fue una leyenda que se hizo popular en el Barça y que sirve ahora de ejemplo para que Messi conduzca a este Barça a repetir esos seis títulos de 2009.
En Georgia aguarda el Sevilla de Unai Emery, un entrenador que jamás ha derrotado al Barcelona pero que dirige ahora a un equipo que sabe lo que es arrodillar al equipo azulgrana contra todo pronóstico. Para quien se atreve a proclamar el Supercampeón antes de jugar el partido, echar una mirada a la historia es el mejor ejercicio.

FINALES A PARTIDO ÚNICO

Año Partido Resultado
2006 FC Barcelona 0-3 Sevilla Perdedor
2009 FC Barcelona 1-0 Shakhtar Donetsk Campeón
2011 FC Barcelona 2-0 Oporto Campeón

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