Silverstone ha sido sinónimo de espectáculo las dos últimas ocasiones
que MotoGP ha corrido allí y este fin de semana debería volver a serlo,
con un Lorenzo en estado de gracia, un Márquez recuperado para la pelea
y un Rossi que insiste en la persecución de su décimo título. De los
tres, El Doctor es el que peores números presenta en la mítica pista
inglesa, con un solo podio (tercero el año pasado), mientras que los
españoles son los culpables de que se vibrara tanto como se vibró allí
en las carreras de 2013 y 2014. Cada uno se impuso en una ocasión y
ahora, con permiso de Rossi, apuntan a otro espectacular duelo que
deshaga su empate en Silverstone como pilotos de la clase reina.
Lorenzo, que estrenará liderato este domingo, igualado a 211 puntos
con Rossi y con 52 de ventaja sobre Márquez, se llevó la pelea de hace
dos cursos, tras un cuerpo a cuerpo decidido en la última vuelta. El
joven Marc, con sólo 20 años y camino de su primer título en MotoGP,
adelantó a Jorge en la curva 16 (Brooklands), a tres virajes del final, y
en la siguiente (Luffield) le devolvía la jugada el mallorquín,
prácticamente haciéndose hueco donde no lo había y con un contundente
interior de derechas, con leve toque de carenados incluido.
Al año siguiente, en cambio, fue el de Honda el que se llevó el gato
al agua en otra gran pelea contra el de Yamaha. El AS de ese día tituló
Enésima victoria entre chispas para Márquez, y lo contó así: “A tres
vueltas del final sonó el zafarrancho de combate... Márquez intentó un
interior de derechas y, cuando ya tenía superado a Lorenzo, éste aguantó
la posición por fuera, ¡sin importarle que la rueda delantera de la
Honda tocara su cuerpo por el costado derecho! Eso era en la curva ‘doce
más uno’, cuya salida da acceso rápidamente a la catorce, un garrote de
izquierdas en el que el campeón se tiró por dentro, pasando por encima
del piano y cortando la salida natural del mallorquín. Puro ‘block
pass’, como le hacía a Pol en Moto2. Tan duro como limpio”.
Tras esa segunda batalla, hubo intercambio de mensajes ante los
periodistas. “Si no levanto la moto nos hubiésemos tocado. Cuando uno te
pasa y tienes que levantar la moto para salirte de la trayectoria,
quizá es el límite”, recalcó Lorenzo lanzando un dardo a un Marc que lo
veía diferente y que, además, le recordaba lo sucedido el año anterior:
“Han sido dos adelantamientos agresivos, sí, pero dentro de la
normalidad de las últimas vueltas. El año pasado me ganó la partida aquí
en la última curva, tocándonos un poco, y esta vez nos hemos tocado,
pero creo que muy suave”.
Tanto Lorenzo como Márquez se mostraron como especialistas en el
cuerpo a cuerpo desde sus inicios, aunque el primero derivó con el paso
de los años más hacia las escapadas de principio a fin. De hecho, hay un
dato que constata esa evolución hacia el más puro estilo Rainey que
tanto le gusta al mallorquín, porque 19 de sus 38 victorias en MotoGP
han llegado liderando desde la primera hasta la última vuelta, incluidas
las cinco del presente campeonato. Puro martillo. Márquez, en cambio,
sólo ha firmado dos de sus 22 triunfos en la clase reina de ese modo, lo
mismo que Rossi, aunque en su caso con 85 carreras ganadas.
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