sábado, 29 de agosto de 2015


Le costó a Benítez salir del área ante los periodistas con el Betis a las puertas del Bernabéu. Argumentó en su defensa los 22 tiros de Gijón y regateó las críticas entre fábulas (la del burro, el padre y el hijo) y gracias (ante una mención a la BBC preguntó si el informador se refería a la cadena británica), pero a media voz admitió cambios esta noche. El primero, James, suplente en Gijón bajo la excusa de que fue el último en llegar a cuenta de la Copa América. James jugó la temporada pasada los 46 partidos en los que estuvo disponible (sufrió una sanción y dos lesiones) y en todos, salvo en dos, como titular. Fuera de la BBC no había otro más innegociable.
Y venía de un Mundial más fatigoso que la Copa América. Con él mejoró extraordinariamente el equipo en El Molinón y hoy
Doble terapia frente al Betis: James y Cristiano de nueve

le quitará el sitio a Jesé, poco iluminado el pasado domingo y pieza fácil cuando es obligado el descarte.
Meter al colombiano, que probablemente comience en la derecha,sacude el frente de ataque. Isco apunta a la izquierda y Cristiano, al papel de nueve, toda vez que Benzema está sólo para la media hora final. No se espera, sin embargo, un cambio de papel para Bale, cuya ubicación en la mediapunta ha pasado de corazonada (inducida) a cabezonada. “El público me quiere”, dijo en entrevista servida por el club sin el refrendo de los sondeos.
No se descarta tampoco que Carvajal, otro favorito de la grada, releve a Danilo o que Pepe refresque a Varane frente a un Betis valiente pero menos. Porque Mel, quizá cuña de esta madera, pondrá mucho músculo a espaldas de Jorge Molina y Rubén Castro. El primero marcó las tres veces que jugó en el Bernabéu. El segundo no lo hizo nunca. Llegaron ambos en 2010 y le han dado 192 goles al Betis. Y ahí siguen, pese a los 10 fichajes del verano (que pueden ser doce si remata a Adrián y a Joaquín) por los que ha pagado 7,5 millones. Hoy debutará uno, Digard, para echarle cemento al centro del campo. Y quizá esté Ceballos, que continúa sin renovar, hecho que incomoda al club y distrae al futbolista. Todo para hacerle difícil la creación al Madrid. Eso, al menos, cree Mel, que de esta casa, en al que se educó, también sabe.
as.

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