Serbia cierra el grupo de la muerte en 5-0. Después
de manejar a España y sufrir ante Alemania, en sus tres últimos partidos
(Islandia, Turquía, Italia) ha promediado 95 puntos y un 22,3 en
diferencia de puntos. El liderato de grupo lo selló ante una Italia sin
Belinelli que dio batalla hasta donde pudo, siempre a remolque y
finalmente desbordada. El subcampeón del mundo pasa como primero y España podría ser segunda si gana y también lo hace Turquía.
Lo mejor de Serbia (¿hasta dónde llegaría este equipo sin la baja a
última hora de Marjanovic?) es que apenas parece haber roto a jugar en
una carrera en la que está yendo de menos a más. En su caso, de mucho a muchísimo. En lo colectivo y en lo individual: el paso de los partidos ha metido en ritmo a Kalinic, Raduljica y sobre todo a Teodosic, ese científico loco que en su mejor versión parece sencillamente el mejor base de su generación. Lo que tiene talento para ser pero lo que no siempre sabe ser. A sus 17 puntos y 13 asistencias ante Turquía
siguieron 26 y 8 ante una Italia que pasa con la misma sensación que
daba antes del campeonato: da igual todo lo que tenga detrás y cada
minuto de baloncesto de los partidos anteriores. Será un rival
peligrosísimo en los cruces. Pero con la baja de Belinelli (precaución
por el hematoma que ya le molestaba en su histórico recital ante España)
sumada a la de Datome, defendió sin muchas opciones su baza para ser
primera de grupo.
Serbia marcó el paso en un primer cuarto en el que se puso 25-12 en 8
minutos primorosos de Teodosic, que anotó 14 puntos en ese tramo y no
perdió una bola hasta casi el descanso (la única tras las cero en el
partido anterior). Serbia defiende y ataca, corre y circula en estático, tira por fuera y encuentra puntos por dentro.
No hay equipo en lo que va de campeonato que reúna su mezcla de
talento, química y esfuerzo constante. Hay plantillas mejores, está por
ver si hay equipos mejores ahora que todos suman al compás de un
Djordjevic con planta, cada día más, de entrenador muy grande. Teodosic,
Bjelica, Raduljica, Bogdavnovic, Markovic, Kuzmic, Erceg, Kalinic,
Nedovic… Serbia es un trueno.
Italia hizo un ejercicio de supervivencia que le llevó hasta el
inicio del segundo tiempo (del 52-46 al 80-65). Con la rotación todavía
más recortada y cansada por el sobreesfuerzo de su heroico triunfo ante
Alemania, la selección trasalpina se apoyó lo que pudo en sus secundario
y en algunas rachas de Gentile (19 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias),
casi el único apoyo de primer nivel para Bargnani y Gallinari con
Hackett enredado y lejos de su versión Euroliga. La derrota fue un mal
menor y quizá necesario (para dar descanso de Belinelli) para una Italia
capaz de sembrar el terror en los cruces hasta que le derrote un equipo
bueno de verdad. Uno como Serbia, desde luego el mejor de la primera
fase y más con Teodosic llegando a su punto de ebullición a las puertas
de los cruces. Peligro mortal.as
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