Miami Heat se presenta como uno de los equipos más intrigantes de la nueva temporada.
Pat Riley ha vuelto a hacer las cosas bien y el equipo de Florida
cuenta con una plantilla para dar mucha guerra en el Este. Con Chris Bosh recuperado del susto que supuso la detección de un coágulo en un pulmón y la renovación de Goran Dragic, Miami posee uno de los mejores quintetos de su Conferencia y un banquillo muy competente.
El base esloveno, Dwayne Wade, Luol Deng, Bosh y Hassan Whiteside
forman un gran cinco inicial y las llegadas de Justise Winslow, Gerald
Green y Amare Stoudemire dan profundidad a una segunda unidad en la que
permanecen veteranos como Mario Chalmers, Josh McRoberts, Udonis Haslem y
Chris Andersen.
El hecho de ser uno de los equipos más viejos de la liga y los habituales problemas físicos que han tenido varios de los integrantes del roster
siembran algunas dudas sobre el destino que les espera a los Heat, pero
si las lesiones les dan tregua tienen armas para pelear duro en los
playoffs. Entre ellas, un gran entrenador, Erik Spoelstra, de quien seguramente se suela hablar menos de lo que se merece.
La temporada pasada, la primera de la era post LeBron, acabó siendo
decepcionante tras no clasificarse para las eliminatorias por el título,
donde siempre habían estado desde 2008. Wade fue baja en 20 partidos,
McRoberts tan sólo pudo jugar en 17, el fenómeno Whiteside
no explotó hasta enero (participó en un total de 48 encuentros) y
perdieron a Bosh en febrero, cuando Dragic recaló en la soleada Florida.
Deng, presente en 72 de los partidos de la fase regular, fue el miembro
más activo de una plantilla que no sufrió discriminaciones en cuanto a
bajas se refiere. Todo ello fue determinante en el frustrante desenlace
de una campaña en la que, a pesar de todo, se quedaron a una sola
victoria de alcanzar la postemporada.
Ahora vuelven a la carga con ganas de reivindicarse y con todas sus piezas importantes listas desde el principio. Dwyane Wade, quien demostró en el curso 2014-15 que cuando está sobre el parquet aún es capaz de ser absolutamente desequilibrante (21,5 puntos, 4,8 asistencias, 3,5 robos y 1,2 robos en 31,8 minutos),
será el termómetro que indique hasta dónde puede llegar el equipo. Si
el escolta está bien, y Bosh mantiene el nivel anterior a sus problemas
de salud, los Heat serán un hueso muy duro de roer al que nadie querrá
enfrentarse en los playoffs.
Juego exterior
No hay muchas parejas de perímetro tan completas como la que forman Dragic y Wade.
El base balcánico y el escolta once veces All Star gozan de capacidad
para producir juego, encestar como un martillo pilón y defender con
eficacia. Flash es el líder del equipo y todavía una estrella
cuando está bien. Mientras, el esloveno, integrante del tercer Mejor
Quinteto de la liga en 2014, es un timón de mucha calidad. Ambos son una
garantía y sólo los percances físicos de Wade, que le han obligado a
perderse 94 partidos de la fase regular en los cuatro últimos cursos,
plantean incertidumbres sobre su rendimiento. Mario Chalmers y Gerald
Green serán sus respectivos recambios. El point guard es un
buen defensor, pero no vive su mejor momento como tirador (promedió un
pobre 29,4% en triples el pasado curso) y tampoco brilla a la hora de
pasar el balón (3,8 asistencias de media en su carrera). Green, un
habitual de los highlights por sus mates, mejora la capacidad
ofensiva del banquillo. Su fichaje parece un acierto de Pat Riley. Luol
Deng seguirá fajándose con los aleros rivales y aprovechando sus
lanzamientos para andar siempre en los dos dígitos en anotación. El
británico será, además, un buen espejo en el que pueda mirarse Justise Winslow, número 10 del draft 2015. El hijo de Rickie Winslow, leyenda del Estudiantes, es un proyecto de gran jugador al que se compara con el bull Jimmy Butler.
Juego interior
Los Heat tienen calidad y, sobre todo, cantidad en la pintura. Bosh, Whiteside, McRoberts, Stoudemire, Haslem y Andersen parecen suficiente para afrontar con garantías la temporada.
Si las lesiones lo permiten, claro. Porque que permanezcan todos sanos y
disponibles noche tras noche no suena muy probable. Bosh, cada vez más
efectivo desde la línea de tres, recuperó su status de superclase
anotador con el regreso de LeBron a Cleveland. Como la liga pasada,
andará de nuevo por encima de los veinte puntos por partido, aunque hay
que exigirle que aporte más en el rebote. Los siete de media de la
2014-15 son poco para lo que necesita su equipo, a pesar de contar con
una roca atrás como Whiteside. El pívot protagonizó un cuento de hadas la temporada pasada
después de haber estado dando tumbos por la Liga de Desarrollo y de
promediar 1,5 puntos y 2,1 rebotes en su anterior experiencia en la NBA
con los Kings. Entre sus méritos están nueve partidos con al menos 16
capturas y tres de veinte o más rebotes. Eso y un triple doble
descomunal ante los Bulls: 14 puntos, 13 rebotes y 12 tapones. Un
verdadero regalo caído del cielo para Miami. Stoudemire (32 años) dará
puntos y experiencia. Tampoco andan escasos de veteranía, precisamente,
Haslem (35 años) y Birdman Andersen (37), cuyo papel en el equipo
debería ser menor que el de McRoberts, un ala-pívot con facilidad para
asistir y buena mano.
Claves
1. Se suele decir que la salud es lo más importante y en el caso de Miami no hay duda alguna. Si los Heat logran permanecer sanos, tiene calidad para ser ambiciosos. Pero su plantilla es veterana y gente como Wade, Stoudemire o, recientemente, McRoberts y Bosh han sufrido percances graves.
2. El dúo interior formado por Bosh y Whiteside puede ser uno de los más dominantes del Este.
Tras surgir prácticamente de la nada, el pívot viene de promediar 11,8
puntos, 10 rebotes y 2,6 tapones (segundo mejor en esta faceta). Bosh,
por su parte, desequilibrará en ataque.
3. Los Heat fueron uno de los peores anotadores y con más
dificultades desde la línea de tres puntos de toda la NBA la campaña
pasada. Los fichajes de Green y Stoudemire ayudarán a mejorar el juego ofensivo. El escolta, además, incrementará la amenaza desde la larga distancia.
Entrenador: Erik Spoelstra
Erik Spoelstra (Evanston, Illinois, 1970) es el técnico jefe de los
Heat desde finales de abril de 2008, cuando sucedió a Pat Riley en el
cargo y se convirtió en el entrenador más joven de la Liga. Como el
expreparador de Lakers y Knicks y el propietario, Micky Arison, levantó el Trofeo Larry O’Brien en 2012 y 2013 y ha sido campeón del Este en cuatro ocasiones
(2011, 2012, 2013 y 2014). También ganó el anillo de 2006 como
asistente de Riley. Es uno de los técnicos mejor valorados de la NBA y
los números le avalan. Su balance en fase regular es de un 62,9% de
victorias (351 triunfos y 207 derrotas). En playoffs ha ganado el 63,6%
de los partidos que ha disputado (63-36).
Estrella: Dwyane Wade
Wade es el alma y el líder de los Heat, el conjunto en el que brilla desde que aterrizó en la NBA en 2003.
La influencia del escolta en el equipo le convierte de nuevo en su
hombre más importante por delante de Bosh. A pesar de sus ya eternos
problemas físicos, sigue siendo una estrella.
as.com
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