
BRISTOL -- Las juntas de propietarios de la NFL brindaron un recuerdo del poder de ser dueño en este deporte.
Robert Kraft de los New England Patriots llegó a San Francisco
humeante por los castigos impuestos a su equipo por el Deflategate.
Llegó a considerar una demanda contra la liga. Hizo que sus abogados
crearan un sitio web para desafiar todos los elementos del reporte
Wells, base de la NFL para la sanción enviada a los Patriots y al
mariscal de campo Tom Brady. Pero estar rodeado de dueños cambió la
tónica de Kraft.
Probablemente se dio cuenta que los dueños que retaría en la corte
eran los mismos que lo aceptaron como propietario de la liga cuando
compró a los Patriots hace 21 años. Probablemente pasó algunos minutos
hablando con Jerry Jones, cuyos Dallas Cowboys perdieron un total de 10
millones de dólares en espacio salarial durante el 2012 y el 2013 por
violar el tope salarial, de alguna manera, en un año sin tope.
Kraft decidió aceptar el castigo de los Patriots por un millón de dólares y el despojo de dos selecciones de draft.
La carrera para mover dos franquicias de la NFL a Los Ángeles
comienza a verse como otro ejemplo de cómo operan los dueños de la liga.
Ya mayoría de los reporteros llegó a San Francisco pensando que Stan
Kroenke tenía todas las cartas para construir un estadio en Inglewood
para mudar a los Rams fuera de St. Louis.
Una imagen ajustó la percepción. La noche del lunes, reporteros
identificaron al propietario de los Chargers, Alex Spanos, y al de los
Raiders, Mark Davis, cenando con varios colegas que forman parte del
comité de reubicación. Altos ejecutivos de la NFL también se sentaron en
la mesa.
Esa junta informal puede trazar el escenario para que los Chargers y
los Raiders se muden a un estadio conjunto propuesto en Carson. Como
Kraft se pudo haber recordado, la liga suele ponerse por encima de los
intereses individuales de un propietario o franquicia. Si el plan de
Carson tiene soporte de los dueños, sucederá.
Es muy pronto para vaticinar el proyecto de Los Ángeles y su
resultado. Spanos dejó claro que quiere agotar todos los esfuerzos para
la ciudad de San Diego para presentar una propuesta de estadio que su
familia pueda aceptar. Desafortunadamente, la oferta hecha por la ciudad
la semana pasada se queda corta. Mientras los jerarcas de San Diego
hacían su oferta, Carson aterrizaba la compra de un terreno para el
estadio de dos equipos.
No habrá tres equipos en Los Ángeles el próximo año, ya que la NFL
brindará financiamiento parcial sólo para dos equipos en un estadio.
Si el acuerdo por Carson genera mayor sentido financiero, puedo ver a
los dueños aprobando la mudanza a Los Ángeles de los Chargers y
Raiders, negándose a Kroenke. Si eso sucede, no obstante, la liga tendrá
que ajustar la situación de los Rams. Primero, tendrá que asegurarse
que la oferta de St. Louis para mantener a los Rams sea redituable para
Kroenke.
Podrán haber algunas cosas que los dueños hagan para asistir a
Kroenke. Él tiene franquicias deportivas en Denver: los Nuggets de la
NBA y la Avalanche de la NHL. Si los Broncos resultan en venta por
alguna razón --algo posible por la enfermedad de Alzheimer que sufre el
dueño Pat bowlen-- la liga podría correr un acuerdo que convierta a
Kroenke en el próximo dueño de los Broncos.
Por el lado del fútbol americano, la liga tendría que arreglar la
alineación divisional si los Raiders y los Chargers se mudan al mismo
hogar. Para propósitos de televisión, la liga no puede tener dos equipos
de la AFC Oeste en el mismo estadio. Los Chargers o los Raiders
tendrían que irse a la NFC Oeste y un equipo de esa división --los Rams o
los Arizona Cardinals-- harían el cambio a la Americana.
Los próximos seis meses deberán ser un estudio de cómo opera la fraternidad de propietarios.
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