Viendo cómo está el campeonato, la carrera de Mugello tiene una pinta tremenda. ¿Qué sensaciones tiene?
-Como dice, tiene una pinta tremenda. Estamos bien y la moto
funciona muy bien. Solo hay que ver los resultados de las cinco
primeras carreras y llegamos ahora a la que es, seguramente, mi pista
preferida. Así que teóricamente todo pinta muy bien, pero cada año es
diferente y hasta que no te subes a la moto en los primeros
entrenamientos no sabes el verdadero potencial.
-Si sale su versión de Le Mans o Jerez parece invencible. ¿A quién ve como sus principales enemigos?
-Yo creo que Yamaha tiene una gran oportunidad este año de
ganar el Mundial. Es verdad que durante el año pueden variar el
rendimiento de las motos y Honda no se va a dormir y va a mejorar el
rendimiento de su moto durante la temporada, pero si las motos siguen
así, al mismo nivel, este año Yamaha tiene que aprovechar esta
oportunidad. Por puntos y por rendimiento estamos mejor que nunca.
-¿Se trabaja en algo para seguir mejorando?
-No te puedes dormir. Tienes que intentar mejorar por todos
los lados, por donde se pueda. Tenemos cinco motores congelados y se
puede modificar el motor en algunos parámetros, en la mayoría no se
puede, pero en algunos otros apartados sí se puede mejorar. Tenemos la
electrónica, los embragues...
-¿Que falta mejorar en la moto?
-Intentar seguir mejorando en la frenada. Hemos mejorado
muchísimo, pero no es nuestro punto fuerte y, después, en la velocidad
máxima, el anti-wheelie (anti caballitos), la salida...
-Ha vuelto a demostrar en la rueda de prensa junto a
Rossi que ahora tienen una relación muy buena. ¿Le preocupa que pueda
cambiar eso habiendo sólo 15 puntos entre ustedes?
-Lo único que puede cambiar es si uno creyese que en la
pista hubiese actuado mal el otro, pero no veo por qué tiene que
cambiar. Es verdad que la relación, quieras que no, se puede tensar un
poco cuando estás luchando por algo importante, como me sucedió con Dani
en 2012, pero sucede de forma natural y no porque tengas rencor por
alguna razón. Simplemente porque esa competitividad o esa lucha por un
objetivo tan importante como el Mundial de MotoGP te hace tensar un
poco. De momento nos llevamos muy bien, hablamos perfectamente, con
mucho respeto y comentamos qué se puede hacer para mejorar la moto.
-Si no pudiese ganar usted, ¿le gustaría que ganase Rossi el título?
-Una Yamaha, siempre. Yo soy piloto Yamaha y, si no gano yo,
que gane otra Yamaha. Prefiero que gane Valentino con una Yamaha que
Marc con una Honda.
-Esto hace cinco o seis años era imposible que lo dijera, ¿no?
-No sé si me lo preguntó. Igual hubiese respondido lo mismo. (Risas)
-¿El cambio seamless lo tienen perfectamente afinado?
-Siempre se puede mejorar. Hemos mejorado un 50 por ciento,
pero hay que mejorar otro cincuenta para estar a la altura de la Honda,
que quizás es su punto fuerte en este momento ya que la Ducati es la que
tiene más potencia y más velocidad máxima, pero la Honda es muy ágil y
muy buena en la frenada.
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