LOS ÁNGELES -- La serie entre Golden State Warriors y Memphis Grizzlies
tiene un ABC claro, conciso y determinante. Cada equipo con su forma de
juego, con sus virtudes y sus defectos; y en suma, un básquetbol
concentrado en dos ideas predominantes: juego exterior e interior.
Conceptos básicos y claves en el devenir de una eliminatoria que llega
al Juego 6 con un 3-2 favorable a los californianos.
Cuando los Warriors han sabido dominar el perímetro abanderados por Stephen Curry y Klay Thompson, Memphis ha sufrido en demasía. Cuando los Grizzlies han sido dueños y señores de la pintura con Marc Gasol y Zach Randolph,
Golden State se ha visto superado. Así se han ido escribiendo las
líneas de esta semifinal de la Conferencia Oeste. Una batalla de
contenciones en la que los Warriors parecen haberle agarrado la medida a
sus rivales.
Cuando el juego exterior de los pupilos de Steve Kerr arde no hay
fuerza bruta que sea capaz de frenar a los Warriors. Si ponemos las
sensaciones en cifras veremos que el porcentaje de triples en los tres
partidos que han ganado los californianos es del 43.1 por ciento
mientras que el de las derrotas no pasa del 23.1 por ciento. El algodón
no engaña y los 29.0 ppj que anotan en este aspecto (29-de-52) en los
encuentros en los que han salido victoriosos ante los Grizzlies no le
llegan ni a la suela del zapato a las dos derrotas que sumaron
consecutivas (12.5 con 7-de-19 en lanzamientos).
En el juego 5, los Warriors intentaron hasta 30 triples y 20 de ellos
no recibieron oposición alguna de sus rivales. Gran parte de la culpa
de este registro llegó tras la ausencia de Tony Allen.
El escolta no participó en el Juego 5 por una distensión en los
isquiotibiales de la pierna izquierda y los Warriors sacaron provecho de
su baja con un incremento en los tiros de larga distancia. Con él sobre
la duela en los cuatro partidos anteriores al último el balance fue de
1-de-11.
Si hay un jugador que sacó tajada de la no presencia de Allen, ese
fue Thompson. De sus 21 puntos en el Juego 5 logró nueve desde el arco
(3-de-4). Cuando ambos se miden entre sí, el escolta se queda en 1-de-6
(11-de-21 ante los Grizzlies en general. Curry también se vio favorecido
y es la bomba que impulsa a sus compañeros cuando la vida le sonríe:
46.7 por ciento en triples en las victorias esta serie y 19.0 por ciento
en las derrotas.
Y luego nos encontramos con la otra clave, con la zona pintada, donde
más cómodo se sienten los Grizzlies con sus dos buques insignia, Gasol y
Randolph. Pero esa comodidad está en tela de juicio desde que los
Warriors apretaron las tuercas a sus contrincantes. En las dos últimas
derrotas de esta eliminatoria, Memphis ha sumado los dos registros más
bajos en este sentido. El último, un 35.7 por ciento de acierto con los
que sumaron 30 puntos. Andrew Bogut y Draymond Green son los principales valedores de la solidez defensiva de los Warriors.
La postemporada es una cuestión de equilibrio, de intensidad, de
aprendizaje y de saber leer los juegos. También de salud, estrategia y
experiencia. Los Warriors buscan la primera final de conferencia de su
historia con la confianza del sí se puede, mientras que los Grizzlies
tienen la oportunidad de sumar la segunda victoria en su feudo para
jugar la segunda final del Oeste desde que la franquicia esta en
Memphis.
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