La nota emotiva de esta Stanley Cup es el feliz retiro de Kimmo Timonen. Tras 16 temporadas en la NHL, el defensa por fin logró alzar una Stanley Cup. Aunque su historia es mucho más que la de una estrella que se jubila con su primer trofeo...
Timonen llevaba años insinuando que su carrera en la NHL había
terminado. Pero el palmarés vacío del finlandés le atormentaba: “He
estado en todas las finales posibles dentro del mundo del hockey sobre
hielo, pero nunca había ganado nada. Siempre me había tocado estar del
lado perdedor”. Las pruebas hablaban por sí solas: cuatro medallas
olímpicas con Finlandia (ninguna de oro) y tres veces finalista en el
Campeonato Mundial.
Durante su andadura en la NHL, capitaneó a los Predators de Nashville
durante ocho años, sin éxito en los playoffs. Después, alcanzó la
Stanley Cup de 2010 con los Flyers de Filadelfia, perdiendo ante
precisamente los Blackhawks...
Pero el verano pasado, con 39 años, Timonen se enfrentó al mayor
obstáculo de su vida y fue diagnosticado con coágulos de sangre en las
piernas y los pulmones.
El defensa colgó los patines durante ocho meses y lo lógico y sano
era la retirada. Pero el finlandés se negaba a dejar el deporte de su
vida sin la sensación de haber triunfado. Timonen le rogó a sus médicos
que encontrasen la forma de hacer posible un último intento a la Stanley
Cup. Cuando se sintió seguro de no poner en peligro su salud, regresó a
la NHL y fue traspasado a los Blackhawks.
En Chicago jugó 16 partidos de temporada regular y 15 en
postemporada. Su mujer Johanna, por exceso de nervios, se negó a asistir
a cualquiera de los encuentros. Hasta el de anoche... El sexto y
decisivo partido de la Stanley Cup brindó una imagen que despejaría por
fin los fantasmas de su marido.
Jonathan Toews, por tradición, fue el primero en alzar la Stanley Cup
sobre el hielo del United Center de Chicago. Pero el capitán de los
Blackhawks tenía claro quien iba a ser el segundo: Timonen, el hombre
que lo arriesgó todo para estar ahí. Ante el rugido del público, el
defensa levantó el trofeo y, por fin, consiguió sentirse ganador.
“Ha sido un largo camino y estoy feliz de que haya terminado así.
Este verano, mi vida ya no estaba en mis manos... Pero ha merecido todo
la pena”, dijo tras las celebraciones.
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