Caron Butler no es LeBron James,
nadie lo espera como salvador en Sacramento, y tampoco está saltando
con la lengua afuera en la caja de un cereal, pero este veterano con 13
años de experiencia en la NBA sí es algo sumamente importante: Un
ejemplo vital sobre como la perseverancia, la fe y una dosis de suerte
puede cambiarle la vida a un joven del lado equivocado de la ley
convertido en campeón de la NBA.
Butler es un veterano de 35 años con una reputación de gran compañero
y excelente alero polifuncional que actualmente se desempeña en los Sacramento Kings, la parada más reciente de una carrera que lo ha visto jugar para nueve equipos en 13 años: Miami Heat (2002-04), Los Angeles Lakers (2004-05), Washington Wizards (2005-09, 09-10), Dallas Mavericks (2009-10, 2010-2011), los Los Angeles Clippers (2011-13), Milwaukee Bucks (2013-14), el Oklahoma City Thunder (2013-14) y los Detroit Pistons (2014-15).
Sin embargo, nueve equipos en 13 años no son nada comparado con el
número que solía identificarlo antes de que el básquetbol le salve la
vida: 15 arrestos antes de los 15 años de edad. Butler habló con
ESPNDeportes.com sobre aquella experiencia.
UN PASADO OSCURO
En 1996, Butler veía a Michael Jordan
volar en Space Jam en su Wisconsin natal y soñaba con ser como él, pero
en aquel entonces su destino parecía estar más cerca de una prisión de
máxima seguridad que de una cancha de básquetbol, pero él tuvo la suerte
de que una serie de eventos fortuitos combinados con su talento natural
cambiarían a su vida para siempre, y para bien.
“ Yo aprendí un montón sobre la vida aun durante mis momentos más
oscuros, y yo estoy muy agradecido por eso. Yo encuentro a lo bueno en
todo gane o pierda, aprendí a apreciar eso¨, dijo Butler, quien está
casado con su esposa Andrea Pink desde el 2005 y tiene cinco hijos: Gia
(3), Eva (5), Mia (11), Caron Jr. (15) y Cameron (20).
Aquellos momentos oscuros se veían definidos por chulos y
narcotraficantes, por una condena a pasar un año en prisión por posesión
de armas y cocaína, no por tardes felices con sus amigos jugando en la
plaza, y para Butler más que un sueño en aquel entonces llegar a la NBA
algún día era una utopía.
“Yo no pensaba que eso sería posible, simplemente por el mero hecho
de que nadie nunca había llegado a esa altura. Yo había escuchado
historias, pero esas eran solo como mitos urbanos ¿sabes?. Yo no bajé
los brazos porque tuve fe cuando la luz al final del túnel parecía
haberse desvanecido. Yo tenía el presentimiento de que algo bueno iba a
suceder¨, reflexionó Butler.
En aquel entonces, Butler iba perdiendo en la vida por goleada pero
encontró la fuerza para dar vuelta al resultado con la ayuda de la
familia, la religión y la presencia de un entrenador que lo ayudó a ver
como una simple pelota naranja podría ser la herramienta de su
redención.
“Yo pienso que lo que toma (para cambiar) es intervención. La
presencia de Dios, rezar y un poquito de suerte. Es verdad, un poquito
de suerte. También se requiere trabajar duro, estar concentrado,
determinado y dedicado. La familia es tu cimiento y juega un rol vital.
Yo fui alguien afortunado y bendecido ya que todas esas cosas se
conectaron a la vez y mi vida cambió gracias a eso¨, opinó Butler.
“El estar solo te fortalece. En realidad te fortalece o termina por
quebrarte. Yo aprendí mucho sobre mi mismo, sobre lo que yo podía y no
podía tolerar como hombre. Aprendí mucho sobre la fe, sobre no depender
de nadie mientras me encomendaba a Dios tanto en mis peores como mis
mejores momentos para apreciar las cosas, ser humilde y decir gracias¨.
Encontrar a Dios ayudó a Butler a enderezar su camino. Encontrar a un
legendario entrenador del básquetbol universitario como Jim Calhoun lo
ayudó a comenzar a convertir a aquel ¨sueño urbano¨ de jugar en la NBA
en una realidad cuatro años después, otorgándole una beca para unirse al
equipo de básquetbol de la prestigiosa Universidad de Connecticut.
CONNECTICUT, EL CAMINO A UNA VIDA MEJOR
Calhoun no solo le dio a Butler la oportunidad de jugar en la Primera
División del básquetbol universitario ante la atenta mirada de
evaluadores de talento, sino que también la oportunidad de recibir una
educación y por sobre todas las cosas de formar parte de una familia, de
una banda de hermanos que lo acogió y protegió para luego verlo revelar
todo su potencial.
“Calhoun fue enorme para mi ya que él me brindó todas las cosas que
yo no sabía que necesitaba como la atmosfera de familia y la camaradería
de parte de la organización hacía mi¨, dijo Butler.
Transcurría la temporada 2001-02 y Butler jugaba junto a otros
futuros profesionales como Emeka Okafor y Ben Gordon, pero él era la
gran figura del equipo llevando a los Huskies a la gloria como campeones
de su conferencia y Co-Jugador del año del Big East tras promediar 20,3
puntos y 7,5 rebotes por partido.
Su último partido en Connecticut fue agridulce, ya que sus 32 puntos y
siete rebotes no pudieron evitar la eventual eliminación en los Cuartos
de Final del torneo nacional ante unos Maryland Terrapins que serían
campeones aquel año por 90-82.
Sin embargo, ni siquiera la derrota más dolorosa pudo opacar al
eterno agradecimiento que Caron siente hacia Calhoun y un equipo que lo
hicieron mejor persona y atleta. El Draft de la NBA del 2002 finalmente
lo esperaba, y Butler era uno de los jugadores más codiciados.
¨Yo estaré por siempre agradecido con Calhoun y mis hermanos de
Connecticut. Ellos fueron la razón por la cual soy exitoso hoy en día¨,
reflexionó Butler 13 años después.
LA LLEGADA A LA NBA
Butler volvió a encontrar a aquel ambiente de familia en el Miami
Heat, el equipo que lo incorporó con la décima selección de un Draft que
vio a Yao Ming, Mike Dunleavy Jr. y Amar´e Stoudemire.
Butler promedió 15 puntos y siete rebotes como novato y se convirtió
en uno de los cimientos de la reconstrucción de un Heat que llegaría a
los playoffs un año más tarde. Allí fue donde Butler también encontró a
un amigo para toda la vida en Dwyane Wade.
A partir de allí, la oscuridad ya se había desvanecido para Butler y
solamente la luz lo ilumina de la misma manera hasta el día de hoy como
ejemplo de que nada es imposible, de que cambiar es posible si tienes
ganas de cambiar.
Spruce Derden/US PRESSWIRE
CONSEJOS PARA LA JUVENTUD
¨Mi consejo para los jóvenes de hoy es que mantengan la fe y se
planteen pasitos pequeños mientras nunca pierden de vista a su objetivo.
Tus sueños pueden hacerse realidad, en verdad pueden suceder,
simplemente tienes que seguir creyendo¨, dijo Butler.
¨Aún si te caes, vuelve a levantarte y persevera ya que te aseguro
que esa oportunidad te va a llegar…Alguien te va a ver trabajando duro y
tu sueño se hará realidad si sigues buscándolo. Hay tanta gente que
termina estando tan cerca pero que se rinde justo cuando alguien les iba
a otorgar la oportunidad que necesitaban.
¨Cuando ellos finalmente conocen a aquella persona que los pudo haber
ayudado, ya no estaban listos para aprovecharlo ya que habían bajado
los brazos hace un par de años¨.
Butler cuenta con la convicción de que es necesario vivir sin
remordimientos dando lo mejor de uno mismo ya que si tu ambición no se
da, por lo menos puedes estar satisfecho de que diste lo mejor de ti.
La ambición de Butler lo llevó a la gloria, a pasar de ser una
estadística a ídolo de chicos de todas las edades que gracias a su
ejemplo pueden estar seguros de que nunca es tarde para enderezar el
camino.
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