SAN DIEGO -- Los Chargers han expresado su reprobación al plan de la
ciudad y el condado para construir un nuevo estadio de 1,100 millones de
dólares en San Diego, lo cual vuelve ampliamente improbable que el
asunto se pueda resolver antes de la fecha límite del 11 de septiembre
en el Ayuntamiento, la cual requiere tener un acuerdo que califique para
la votación de enero.
En conferencia de prensa a la faldas del Qualcomm Stadium, el alcalde
Kevin Faulconer develó un plan de financiamiento, planos
arquitectónicos para un nuevo estadio y un borrador de 6 mil páginas
sobre el impacto ecológico.
El representante de los Chargers, Mark Fabiani, criticó el resumen
ejecutivo "preparado apresuradamente", diciendo que "los Chargers han
tenido claro desde el principio que la franquicia no será conejillo de
indias de la ciudad para este experimento jurídico inevitablemente
malogrado".
"Recuerden, estos son los mismos políticos que nos dijeron, con
resultados desastrosos en la corte, que la expansión del centro de
convenciones podía financiarse con el voto de los hoteleros en lugar del
voto público", expuso Fabiani, ex teniente de alcalde en Los Ángeles,
en un comunicado.
Autoridades de San Diego realizaron una presentación al Comité de la
NFL para Oportunidades en Los Ángeles con sede en Chicago. Los Chargers
actualizarán a los dueños el martes sobre su plan conjunto con el
archirrival Oakland Raiders para construir un estadio en Carson. El
dueño de los St. Louis Rams, Stan Kroenke, brindará un informe sobre su
propuesta de competencia para construir un estadio en Inglewood.
Faulconer dijo que el plan del estadio todavía necesitará negociarse
con los Chargers y aprobarse en un voto público para toda la ciudad el
12 de enero, el cual permitirá al grupo avanzar con el proyecto.
"Dependerá de la NFL y el trabajo con los Chargers el determinar un
camino hacia el frente", compartió Faulconer. "Estamos listos. La mesa
de negociaciones está abierta. Y ya veremos en los próximos días".
No obstante, el último movimiento de la ciudad pone a los Chargers
como objetivo para conceder las exigencias de la NFL para tener un
acuerdo de estadio para el final del año.
Así es como se desglosa el trato:
--750 millones de dólares en aportaciones privadas
--362.5 millones por parte de los Chargers
--200 millones por parte de la NFL
--187.5 millones en licencias de asiento personal
--350 millones en contribuciones públicas
--362.5 millones por parte de los Chargers
--200 millones por parte de la NFL
--187.5 millones en licencias de asiento personal
--350 millones en contribuciones públicas
Las contribuciones públicas incluirían 150 millones de dólares en
bonos de arrendamiento de la ciudad y 200 millones del fondo capital de
mejoras del condado. La propuesta de Faulconer fija un límite sobre
cuánto dinero público se gastaría, con los Chargers responsables de
cualquier exceso, junto con operación y mantenimiento del estadio.
Faulconer dijo que su grupo tiene otro mes para aterrizar un acuerdo
en vías de cumplir la fecha límite del 12 de enero. No obstante, los
Chargers no se ven cerca de regresar a la mesa de negociaciones.
Información de Eric D. Williams y AP fue utilizada en la redacción de esta nota.
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