
LOS ÁNGELES - El escolta de Los Angeles Lakers, Kobe Bryant,
ultima detalles de cara a la temporada que viene. Está saliendo de una
lesión en el hombro que le impidió jugar más de la mitad de los partidos
de la campaña pasada y aunque ésta podría ser su última bala en la
recámara, la Mamba Negra todavía se encuentra ante la disyuntiva de si
se retirará o no. Deshoja la margarita mientras afirma que aún le quedan
fuerzas, pero reconoce que, a pesar de estar encarando si vigésima
temporada como profesional en la NBA, Kobe aún no sabe si colgará las
botas o no al finalizar este nuevo periplo.
"Aún no hay nada sellado en piedra", declaró el lagunero en una
entrevista a Yahoo! Sports. "¿Podría ser ésta la última? Absolutamente.
Es difícil de decidir. Es muy duro tener que tomar este tipo de
decisiones. Los jugadores con los que he hablado me dicen: 'Kobe, lo vas
a saber'".
Y así, ante la duda de si seguir o no en activo cuando finalice la
presente temporada, Kobe peca de ingenuo. Resulta extraño ver al jugador
titubear en algún aspecto de su carrera, sin embargo, en esta ocasión
se enfrenta a una sensación que siempre ha aparecido en caliente, es
decir, cuando la plaga de lesiones le mermaron desde 2013, cuando su
Aquiles hizo 'click' para desencadenar una cadena de problemas físicos
que también le hicieron pasar por quirófano: rodilla y ahora hombro. En
algunas de esas ocasiones, el escolta confesó que el retiro se le pasó
por la cabeza, pero ahora valora en frío, con el paso del tiempo en sus
piernas y la cordura mental del veterano que no sabe cómo ni cuándo
decir adiós.
"No hay interrogantes con respecto a lo que puedo hacer. Mi cuerpo y mis
piernas se sienten extremadamente fuertes y sanas. Esa es la gran
diferencia. He estado haciendo pesas en la parte superior de mi cuerpo,
para construir y fortalecer la parte alta. La gran diferencia es que me
siento muy sólido con mis piernas", reconoció.
Y así es difícil tomar la decisión. Deberá esperar a que comience la
campaña, a ver cómo se siente en la duela y si ya aprendió la lección de
participar poco para contribuir más y minimizar riesgos. Byron Scott ya
sabe lo que tiene que hacer después de la experiencia del año pasado y
de llevar sobre sus espaldas la carga de no saber si forzó demasiado a
su pupilo. Para el coach, la presencia de Kobe será fundamental en un
plantel que cuenta con nueve jugadores que tienen tres o menos años de
experiencia en la liga, de los que todos menos dos son novatos y
jugadores de segundo año. El equipo también está desnivelado en el
aspecto de los posicionamientos: cinco ala-pívots y seis bases-escoltas
suman gran parte del potencial de unos Lakers que todavía necesitan un
jugador más para llegar al cupo de los 15 miembros en la plantilla.
"Kobe puede jugar de uno, dos y tres", llegó a declarar Scott
recientemente. "No hay dudas al respecto, y habrá algunos partidos
contra rivales determinados en los que jugará de cuatro", incidió.
El jugador indicó que está contento por cómo luce el equipo después de
los movimientos de este verano. A pesar de que la organización no pudo
hacerse con los servicios de Greg Monroe, DeAndre Jordan y LaMarcus Aldridge, a Kobe le complacieron las incorporaciones de Lou Williams (Mejor Sexto Hombre del año pasado), D'Angelo Russell (número dos del draft) y Roy Hibbert único pívot natural junto a Tarik Black y Robert Sacre.
El verano dejó varios movimientos que sirvieron para hacer un plan
renove en los Lakers. Estos han traído nuevas esperanzas a una
franquicia demasiado acostumbrada a perder partidos en las últimas tres
temporadas. Los laguneros han sido el sexto peor equipo de la liga en
los tres años anteriores tras registrar un récord de 93-153 (.378). Que
le hubieran dicho esto a cualquiera de los fanáticos que han seguido al
equipo en los momentos más gloriosos y que ahora hacen de tripas corazón
para mantener la compostura y la fidelidad a la causa púrpura y oro.
Hay motivos para pensar que la racha de dos años al hilo sin clasificar a
los playoffs podría terminar en la campaña que está por comenzar, puede
ser, porque sobre el papel hay jugadores con potencial, pero ya se sabe
que las hojas se mojan con facilidad y las cosas hay que demostrarlas
en sólido, es decir, en la cancha.
De eso Kobe sabe un rato.
ESPN
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