Lo dijo Carlos Moyá: "Si juegan Nadal y Ferrer, es capitán cualquiera. Los tenistas son el 90 o 95% del éxito". En Dinamarca se volvieron a juntar los dos pilares de España tras no coincidir desde la final del 2011, y se respira tranquilidad. Con el 1-0 inicial de Rafa Nadal sobre Mikael Torpegaard, el 909º del mundo al que ganó por 6-4, 6-3 y 6-2, David Ferrer puso después el 2-0 al tumbar a Frederik Nielsen por 6-1, 7-5 y 6-2 en 1h:48.
En la Davis, donde España escribe con renglones torcidos después de tres derrotas seguidas en Alemania, Brasil y Rusia, la historia comienza a enderezarse. La permanencia en el Grupo I Europa-África -la segunda división- está a un solo punto en Odense. En principio, la deberían dejar cerrada previsiblemente Fernando Verdasco y Rafa Nadal este mismo sábado. Una pareja que ya se probó en el Masters 1.000 de Canadá
y que apunta a dobles olímpico en Río 2016. No tiene pinta de que
Dinamarca pueda remontar la losa, como sí hizo Rusia en Vladivostok.
David Ferrer, ausente desde la final de diciembre del 2012 que se perdió en Praga, corrió bien el drive
en el primer set para ventilarlo en 29 minutos por 6-1. El número uno
danés, nieto de Kurt Nielsen que fuera finalista de Wimbledon en 1953 y
1955, heredó la afición por el tenis de su abuelo, pero parece que no su
nivel. Nielsen es 283º del mundo y tiene recorrido en Davis (40/28) en
eliminatorias modestas. También reflejos de doblista (fue campeón con Jonathan Marray de Wimbledon 2012).
Pero poco más. Presentó batalla en el segundo set (7-5) pero en el
tercero se deshizo ante el peso de la bola de Ferru (6-2). Con los dos
pilares, es difícil un derrumbre. Y más frente a Dinamarca. as
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