La pasada Copa del Mundo todavía duele en el alma española. La derrota en los cuartos de final del pasado Mundial ante una Francia sin Parker, fue una de las mayores decepciones de la historia del baloncesto patrio.
Y ahora, en este Eurobasket, la Selección clama venganza. Los verdugos
de España en Madrid se cruzan de nuevo en el camino, pero con una
notable diferencia: en este torneo, los galos son los anfitriones y el
equiopo de Scariolo el pretendido usurpador. “¡Ahora a prepararnos para Francia, a ganarles aquí!”, gritaba en el corrillo junto a sus compañeros Pau Gasol después de vencer a Grecia.
Pero no será sencillo. Nada fácil. La selección gala es una
apisonadora, invicta en esta competición, que ha ido de menos a más. Las
dudas de la fase de grupos fueron resueltas por la fuerza de una
plantilla con notables jugadores NBA, que no tuvo compasión frente
Turquía en octavos y, menos aún, en cuartos con una Letonia que
inquietó durante los dos primeros cuartos (40-36 al descanos), pero que
se deshizo como un azucarillo en los segundos 20 minutos por la clase de
Parker (18 puntos y 8 asistencias), la maestría de Diaw (14)
y ante la algarabía de los 22.076 espectadores franceses que sueñan con
acabar con España, la mayor pesadilla de una de las mejores
generaciones galas de la historia: Su "mejor enemigo" como define al equipo de Pau Gasol y compañía la Federación del país vecino. as
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