BARCELONA,
España. Con Lionel Messi viendo el partido desde el vestuario, el
Barcelona coqueteó largo rato con la derrota el martes, pero finalmente
doblegó 2-1 al Bayer Leverkusen gracias a dos tardíos goles del suplente
Sergi Roberto y el uruguayo Luis Suárez para quedar como líder del
Grupo E de la Liga de Campeones.
La reacción local surgió a falta
de 10 minutos para el final y después de que Kyriakos Papadooulos
avanzara al cuadro alemán a los 22 minutos. Roberto, quien ingresó de
suplente a los 74, niveló a los 80 y Suárez decantó definitivamente la
balanza de potente derechazo a los 82, dejando al Barsa con cuatro
puntos en dos partidos.
El Bayer, que arrancó la jornada en la
punta, quedó segundo con tres unidades, las mismas que el BATE Borisov,
que ganó 3-1 a la Roma, colista con apenas un punto.
La derrota
hubiera sido un duro varapalo para el Barsa, al comprometer sus
aspiraciones de pasar a la siguiente ronda y repetir como campeón,
aunque el resultado positivo no ocultó preocupantes lagunas en su juego
en ausencia de Messi.
El astro argentino, que cayó lesionado de
la rodilla izquierda el pasado sábado en un partido de la liga española
contra Las Palmas, estará inactivo entre siete y ocho semanas, por lo
que se perderá al menos dos partidos más de la fase de grupos, ambos
frente al BATE. Suárez también decidió entonces la contienda con un
doblete.
Messi anotó cinco dianas al Bayer hace tres años y
medio, cuando el Barsa goleó por 7-1, pero el cuadro germano presentó
mejor batalla en esta ocasión ante el equipo de Luis Enrique.
El
técnico asturiano optó por el canterano Sandro Ramírez como sustituto de
Messi en el once y finalmente no convocó al chileno Claudio Bravo, ya
recuperado de su lesión, dejando la defensa del arco al alemán
Marc-André ter Stegen.
El mexicano Javier “Chicharito” Hernández
formó en solitario en punta por el Bayer, pues Roger Schmidt apostó por
poblar el mediocampo y trabar la creación de juego barcelonista.
La
apuesta le salió estupendamente en la primera mitad, en que su equipo
aplicó presión por oleadas a los mediocampistas azulgranas, incapaces de
conectar con asiduidad con la delantera.
La primera ocasión de
gol la malogró Chicharito con un remate cercano al cuerpo de Ter Stegen,
y el Barsa bien pudo adelantarse en un centro de Neymar cabeceado
tibiamente por Ivan Rakitic, o un mano a mano de Ramírez que sacó Bernd
Leno tras pase de Suárez.
Pero los visitantes siguieron inquietando con movimientos rápidos y asertivos en ataque, sobre todo por la banda derecha.
Hakan
Calhanoglu no brillaba tanto en acciones individuales, pero al volante
turco le bastó un tiro de esquina para dejar constancia de su calidad,
colgando el balón al primer palo para que Papadopoulos peinara a la red
ante la pasividad de la zaga azulgrana.
En pleno desconcierto
local, pudo ampliar Karim Bellarabi con hábil recorte sobre Gerard Piqué
y derechazo a quemarropa, pero Stegen puso la mano firme y mantuvo a
distancia al Barsa, que gozó de su mejor oportunidad en un disparo a
cámara lenta de Neymar que encontró el poste y el remache de Ramírez,
rechazado sobre la línea por Papadopoulos.
Al poco de la
reanudación, Chicharito tuvo el segundo pero el mexicano perdonó. La
grada se irritó con el mal juego del Barsa y gruñó tras otra mala
definición de Ramírez en apertura de Andrés Iniesta, el único en aportar
algo de clarividencia al ataque local.
Los arrebatos de Suárez
apenas desgastaban a la organizada zaga del Bayer, y tampoco bastaban
los chispazos de Neymar, quien impactó el lateral de la red en violenta
media vuelta.
Al Barsa le faltaba Messi y, sobre la hora, se
quedó también sin Iniesta, quien abandonó la cancha dolorido, añadiendo a
las malas sensaciones.
Pero lo que Luis Enrique no logró
solventar con la alineación inicial lo solventó con los cambios y,
concretamente el ingreso de Roberto, quien originó y certificó el empate
con una cabalgada y descarga para el también suplente Jordi Alba, cuyo
cruce remató Suárez al cuerpo del arquero antes del remache final del
canterano.
El infatigable goleador uruguayo finalmente vio
premiado su esfuerzo al clavar el golazo definitivo, un violento
derechazo al rincón a pase de Munir El-Haddadi, otro que ingresó desde
la banca y aportó para solventar el primer partido de la temporada sin
Messi.
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