NBA | NEW ORLEANS PELICANS Anthony Davis, ¿una mezcla entre Garnett y Durant?

La nueva megaestrella de la NBA. Sports Illustrated situó a Anthony Davis en el puesto número tres de su ranking anual, por delante de jugadores de la talla de Stephen Curry (4), vigente MVP y campeón en 2015, James Harden (5), Russell Westbrook (7), Chris Paul (6), Marc Gasol (9), Blake Griffin (8), etc. Para muchos expertos, solo LeBron James y Kevin Durant siguen estando por encima del jugador franquicia de los New Orleans Pelicans. Palabras mayores. Y solo tiene 22 años.

A poco más de un mes de arrancar su cuarta temporada en la liga, Davis sigue sumando adeptos. Sus números ya le colocan entre más grandes de la competición (24,4 puntos, 10,2 rebotes y casi tres tepones por partido el curso pasado), y ahora la pregunta obligada es: ¿cuándo llegará a ser el mejor? Parece inevitable. Su talento, su evolución constante y sus tremendas facultades no dejan de levantar elogios en todos los rincones del planeta. Compañeros de equipo, de profesión, aficionados y periodistas vivimos día a día la historia de este ex de Kentucky que parece destinado a marcar un antes y un después en el baloncesto moderno.

Davis tiene un registro tan amplio sobre la cancha que se podrían encontrar cientos de comparaciones. Todas válidas y no válidas al mismo tiempo. Tiene cosas de muchos, pero hay muy pocos que tengan tantas cosas como él. La últimas líneas en este sentido las ha dejado Kendrick Perkins, nuevo compañero del ala-pívot en los Pelicans.

"Solo llevo con él un par de días pero, si hablamos sobre su personalidad y su juego, su físico y su forma de jugar tiene mucho de Kevin Garnett. Y su personalidad tiene mucho de Kevin Durant", dijo un Perkins que ha compartido vestuario tanto con el de los Wolves como con el de los Thunder.

Lo impactante de todo esto es que, aun comparando al joven Davis con jugadores de la talla de los mencionados (ambos han ganado el MVP), el símil parece acertado. Tiene toda la carrera por delante y casi todo por demostrar, pero si consigue manejar la presión y seguir creciendo sobre el parqué (para la próxima campaña ha ganado peso y le ha dado por practicar el triple) se le pueden quedar pequeñas hasta las comparaciones más alocadas. El mundo a sus pies. O en sus manos, según se mire.