Un inglés, exjugador de críquet, que empezó a jugar al golf a los 16 años (tiene 30), y de nombre James Morrison fue el vencedor (-10) del Open de España en El Prat,
tras una sólida vuelta final en la que no cayó en las trampas del campo
barcelonés. “Llevaba cinco años sin una victoria y muchas oportunidades
falladas. Esta vez aproveché mi experiencia y atravesé la línea”, decía
el británico, que pasó de hándicap 18 a scratch en sólo un año, con su
segundo título del European Tour bajo el brazo. Sólo fue amenazado por el intento de remontada de Miguel Ángel Jiménez, que cumplió su palabra. Fue segundo (-6) y defendió su corona de 2014 “con uñas y dientes”.
“Yo siempre que juego voy a por la bandera. Los demás no sé. Mi especialidad es el tiro a green”, decía El Pisha, después de una buena vuelta (67 golpes). Ovacionado en el hoyo 1 por el público barcelonés, Jiménez salió desde muy atrás, a seis de los líderes, y arrancó agresivo con un lejano supereagle en el 5. Volvió a bailar a lo Moonwalker y embocó hasta tres golpes más fuera de green. “En un momento creía que llegaba”, decía el malagueño, que perdió fuelle en los segundos nueve hoyos tras un bogey en el 13.
“Ahí me enfadé, pero son gajes del oficio”, reconoció. En el 18, volvió
a ser aplaudido. “Me siento muy querido”, contaba el de Churriana, que firmó autógrafos casi hasta la llegada de Morrison al último hoyo. Su partido con Matt Ford lo siguieron cerca de 2.000 personas.
Jiménez valoró su actuación en este Open de España con un “notable” y
reivindicó que a los 51 años se puede seguir en forma. “Le doy más
largo que nunca con los nuevos materiales”, suele relatar El Pisha, que
está inmerso en buscar una plaza para el US Open
(necesita ser de los 60 primeros del mundo y con este segundo puesto ya
entrará entre los 70 mejores). Además del andaluz, otros dos españoles
acabaron en el top-ten. Fueron José Manuel Lara y Jorge Campillo, ambos séptimos (-4).
El que no siguió la tónica del día de movimiento fue Sergio García,
que prontó se dio cuenta de que no lucharía por el título tras firmar
tres bogeys en los primeros ocho hoyos. “No empecé bien. Los putts no
querían entrar. Cuando más difícil se puso, jugué mejor. No me salieron
las cosas y eso no lo puedo controlar”, completó Sergio, “orgulloso del
Open de España”: “Ha sido una semana muy bonita para nuestro golf”.
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