BARCELONA -- Luis Enrique se marchó de vacaciones dejando trabajo
pendiente en los despachos del Barcelona. Dando por hecha su continuidad
en el banquillo, no solo por haber firmado la ampliación de su contrato
con Bartomeu sino por saber, directamente, que tiene el apoyo de los
demás candidatos a la presidencia, el entrenador asturiano tiene la
sospecha de que la plantilla con la que comenzará a trabajar el 14 de
julio no será exactamente la misma el 1 de septiembre.
El entrenador asturiano apadrinó directamente el fichaje de Aleix
Vidal para fortalecer la banda derecha, conociendo la continuidad de
Dani Alves, y conocedor de la sanción que no permitirá al nuevo lateral o
cualquier otra incorporación entrar en el equipo hasta enero de 2016
dejó en manos del club el fichaje de Pogba, con el que no podría contar
hasta la siguiente temporada, o de algún otro refuerzo.
Porque más que en las incorporaciones es en las bajas en lo que
podrían existir novedades en el club, siempre después de las elecciones
del 18 de julio.
La llegada de Aleix Vidal deja en una situación muy delicada tanto a
Douglas como a Montoya y la marcha de ambos podría ser una realidad. El
brasileño, apuesta de no se sabe muy bien quien pero que costó alrededor
de cinco millones de euros al Barcelona, podría marchar cedido mientras
que el canterano tiene las puertas abiertas si llega una oferta
mínimamente lógica para ser traspasado.
Tampoco está muy clara la continuidad de Marc Bartra, cuyo papel
secundario esta temporada podría convertirse en residual la próxima por
la recuperación de Vermaelen. El catalán, de 24 años, entiende que
necesita una confianza que no ha tenido ni de Martino ni de Luis Enrique
y estaría dispuesto a marcharse si llegase una buena propuesta de la
que hay tantos rumores como pocas certezas ahora mismo.
El entrenador asturiano no le cerraría la puerta al central como
tampoco lo haría ni a Sergi Roberto ni Pedro, sobre todo en el caso del
delantero canario, quien a pesar de renovar hace pocos días su contrato
está, de acuerdo con una información de L’Equipe, en las miras del PSG.
Pedro sabe que su protagonismo en el Barça seguirá siendo muy
limitado por la presencia del tridente que forman Messi, Suárez y
Neymar, y hace algunos meses ya reconoció que se replantearía el futuro
al acabar la temporada caso de tener sobre la mesa una buena oferta,
tanto desde un aspecto deportivo como económico.
Sergi Palencia, Samper, Munir y Adama, todos ellos del Barcelona B,
apuntan a dar el salto al primer equipo en la pretemporada con el
objetivo de ganarse la confianza del entrenador. Luis Enrique seguirá
contando con la columna vertebral que conquistó esta temporada el
triplete y unos acompañantes de lujo con los que espera mantener la
excelencia.
Y según como se desarrollen los primeros meses de la temporada
decidirá si es necesario reforzarse en el mercado de invierno. Porque
Pogba, el fichaje deseado por todo el barcelonismo, es un nombre que no
se contempla hasta la siguiente campaña.
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