
Solo la raqueta del suizo Stan Wawrinka se cruza ya, como última trinchera, entre Novak Djokovic y la consecución de los cuatro torneos del Grand Slam. Al vencer por 6-3, 6-3, 5-7, 5-7 y 6-1 a Andy Murray (después de cuatro horas y nueve minutos en total), Djokovic ya pisa su tercera final en Roland Garros
(Nadal le ganó en las de 2012 y 14) y se apresta a ser el octavo
miembro de un selecto club, los ganadores de los cuatro torneos de Grand
Slam, donde ahora se encuentran Donald Budge, Fred Perry, Rod Laver, Andre Agassi, Roger Federer y el propio Rafael Nadal.
De todos ellos, solo Don Budge (1938) y Rod Laver (1962, 69)
completaron la fabulosa conquista de los cuatro grandes torneos en el
mismo año.
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En busca de ese Grand Slam y del que sería su noveno gran título (ahora tiene cinco de Australia, dos en Wimbledon y uno en Nueva York), el actual Djokovic viene arrasando como una división blindada: pueden confirmarlo en persona Nadal y este mismo Murray. El escocés, ahora el segundo jugador en mejor forma del circuito, vio rota ante el número uno su imbatibilidad de 15 partidos en tierra batida
en 2015: 15-0, incluidos títulos en Múnich y Madrid. Eso fue hasta que
llegó el comandante Novak y, en fin, mandó parar sobre la arena ocre de
la Chatrier, después de la suspensión de la tarde del viernes. Gary
Lineker podría decir ahora que "el tenis es ese juego en el que juegan
dos con raquetas y donde siempre gana un serbio llamado Novak".
En alarde de corazón, Murray rescató el cuarto set, el de la
suspensión, con un 'break' heroico que llegó tras un agotador
intercambio de 32 golpes, Pero en el set final explotó la ira
de Djokovic, que se disparó con un 3-0 inapelable. En estos momentos, y
antes de la final de mañana, Djokovic acumula 28 victorias
consecutivas.
La estadística cara a cara de Djokovic con Wawrinka parece
convertir al suizo en seguro candidato a la demolición, en la final de
mañana, o en una especie de felpudo para el Grand Slam de Djokovic. A tal punto se ha llegado que Wikipedia (si no rectifica) ya da por campeón a Djokovic, a falta del resultado. Aún no es exactamente así: aunque Djokovic ha ganado a Wawrinka 17 de 20 enfrentamientos,
tres de las seis últimas victorias del líder mundial (todas desde 2013)
llegaron después de extenuantes sesiones a cinco sets; también, un
fenomenal partido de Wawrinka apartó a Novak del título de Australia en 2014.
Algún intangible maneja Wawrinka que molesta a Djokovic. Por ejemplo,
los reveses dinamiteros y los saques a 219 km/h que llevaron a Wawrinka a
producir en la semifinal ante Tsonga la friolera de 60
golpes ganadores. "Ahora sé que con el tipo de juego que hago, si puedo
ponerlo todo sobre la pista, puedo ganar a cualquiera", anticipa
Wawrinka. Problema: Djokovic no es 'cualquiera'.
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