
En Stuttgart, cuartel general de Mercedes, nada se
deja a la improvisación. Y en su escudería de Fórmula 1, esa que lleva
AMG y Petronas a modo de apellidos, no iban a ser menos. Por eso, el equipo ha obligado a sus dos pilotos, Lewis Hamilton y Nico Rosberg, a firmar un documento de buena conducta. Ese podría ser el epígrafe. “Trata de cómo debemos comportarnos en la pista. En la salida, en los adelantamientos...”, reconoce el alemán al diario suizo Blick. “Lo que les pedimos es que se respeten el uno al otro, que respeten las normas de enfrentamiento”, afirma el jefe de equipo, Toto Wolff.
En Mercedes no quieren que por la lucha entre ambos (el inglés aventaja en 17 puntos al alemán), el título 2015 se vaya por el sumidero. El de constructores, por cierto, lo tienen más que encarrilado con 371 puntos por los 211 de Ferrari.
La pasada temporada, el GP de Mónaco enrareció la relación entre Hamilton y Rosberg
cuando el alemán se salió de pista y provocó una bandera amarilla que
frustró la pole del inglés. Y el seísmo subió grados y grados semanas
después en Spa-Francorchamps, donde Nico chocó adrede con Lewis.
“Para darle una lección”, alegó. Entre ambos nunca ha habido química,
sobre todo desde que luchan con las mismas armas, el Mercedes, y por un
título tan goloso como el de campeón del mundo. “Nuestra relación siempre va a ser complicada
ya que ambos queremos ganar, así que hay altibajos. Ahora mismo está
bien”, aclara Nico, como si le tomara el pulso al paciente. Que siga
así.
0 comentarios:
Publicar un comentario