viernes, 14 de agosto de 2015

Odrisamer DespaigneOdrisamer Despaigne es un tipo directo. No adorna su verbo a la hora de interpretar la realidad que le rodea. Con su gorra de medio lado, algo que en la Isla muchos imitan, y una confianza a prueba de balas dice las cosas como cree que son y punto. Por eso apenas le tomó un segundo asegurar que en estos momentos no aceptaría una (hipotética) convocatoria para representar a Cuba en el IV Clásico Mundial de 2017.
Nunca esperé una respuesta tan tajante. O mejor dicho, no tenía registrado un NO como contestación del lanzador de los Padres de San Diego Y es que contrario a su postura, un grupo importante de sus compatriotas insertados en Grandes Ligas han afirmado públicamente que les gustaría vestir la camiseta del equipo Cuba para el Clásico.
Pero Odrisamer tiene sus razones para tirarle curvas a la utopía que toma fuerza en las redes sociales y del cual se han hecho eco muchos cubanos tanto de dentro como fuera de la Isla. "Simplemente no puedo defender al equipo Cuba si ni siquiera el gobierno me permite entrar a mi país", subrayó el jugador con evidente enojo.
El presidente Raúl Castro y su gobierno castiga a todos aquellos que salieron en misión oficial (incluidas deportivas) y decidieron no regresar. A esas personas, las autoridades en la Isla (y erróneamente los medios se han hecho eco de esa definición) les llama peyorativamente "desertores" y "traidores" y les prohíbe durante ocho años la entrada de vuelta al país donde nacieron.
Con el comienzo del deshielo entre Washington y La Habana -hoy 14 de agosto se izó la bandera de las barras y las estrellas en la Embajada norteamericana en la capital cubana-, los optimistas creen que la situación de jugadores como Despaigne puede sufrir un cambio de 180 grados.
Mientras, en la acera de enfrente, otro grupo duda que algo positivo suceda. Hasta la fecha solo se escuchan rumores de que la prohibición se reducirá de 8 a 4 años. Pero aún no hay nada concreto.
En la misma situación de Despaigne se encuentran Yasiel Puig, Aroldis Chapman, Yoenis Céspedes, José Abreu y Yasmany Tomás por solo citar algunos. La mayoría de ellos todavía tienen a sus hijos y gran parte de su familia allá, pero se les proscribe visitarlos.
Si bien es cierto que la situación es engorrosa, ahora mismo para Despaigne no es la prioridad. Reconoce que no es político y su enfoque está al 100 por ciento en el béisbol: "quiero progresar en Grandes Ligas. Establecerme y ser lo que era en Cuba, uno de los mejores lanzadores de uno de los mejores equipos. Eso es lo que quiero, lograr una estabilidad para no estar en el bullpen, algo que no me gusta. Quiero establecerme en una rotación, en la rotación de los Padres".
Quiero progresar en Grandes Ligas. Establecerme y ser lo que era en Cuba, uno de los mejores lanzadores de uno de los mejores equipos. Eso es lo que quiero, lograr una estabilidad para no estar en el bullpen, algo que no me gusta. Quiero establecerme en una rotación, en la rotación de los Padres.
-- Odrisamer Despaigne, lanzador de los Padres de San Diego
Desafortunadamente el pelotero habanero de 28 años tuvo que realizar su última aparición saliendo del bullpen. Los Padres le dieron el quinto turno de la rotación al prospecto Collin Rea. De cualquier manera, Despaigne en dos temporadas en las Mayores ha mostrado habilidades para establecerse en la liga más exigente del planeta, aunque tiene claro que necesita más para consolidarse.
"Creo que me falta un lanzamiento con el que pueda ponchar un poco más, uno que me saque de los momentos difíciles", apuntó el jugador cuyo balance de victorias y derrotas en su carrera es de 9 y 15. "Aquí generalmente el lanzamiento que se usa más para ponchar es uno que esté entre las 82 y 87 millas, puede ser el slider o el tenedor, o el cambio de velocidad que muchos lo tiran a esa velocidad".
"Todavía no tengo ese lanzamiento. Estoy trabajando en él. En mi última (antepenúltima) salida utilicé el slider y me salió bastante bien. Yo sé que ese es el lanzamiento que me falta a mí para trabajar mejor en Grandes Ligas y como todavía no lo tengo perfeccionado en ocasiones me cuesta trabajo. A veces mi rompimiento no está a la altura de lo que debe estar para ser un mejor pitcher", dijo el pelotero, que abandonó al equipo Cuba en 2013, durante una escala realizada en el aeropuerto Charles de Gaulle de París, previo al XIV Torneo Interpuertos de Rotterdam, Holanda.
De la actuación de los Padres en la presente campaña comentó que después de las contrataciones de temporada baja en la ciudad de San Diego se creó la expectativa de que ya eran contendientes y el béisbol no funciona así. "Después del Juego de Estrellas hemos jugado mucho mejor. Las piezas han comenzado a acoplarse. Pero en el béisbol las cosas toman tiempo. Fíjate, por ejemplo, que en este año no contábamos con ninguno de los receptores de la pasada temporada. Hubo que adaptarse a ellos. Se necesita tiempo".

Pasado y presente

En los años 90 y principios del nuevo siglo varios lanzadores procedentes de las Series Nacionales (SN) dieron el salto a Grandes Ligas y tuvieron actuaciones decisivas en sus respectivos equipos. Actualmente hay varios talentosos, pero salvo Chapman (José Fernández no jugó en SN), ninguno puede llamársele estrella o potencial a serlo en breve plazo.
"Si tu miras ahora mismo en Cuba ¿cuántos pitchers hay que tiren más de 90 millas y tengan buen repertorio? Aquí es muy difícil encontrar un pitcher tirando 87-88 millas que es la velocidad media que hay en Cuba", comenzó a explicar. "Aquí los pitchers tiran mínimo tres lanzamientos y el 90 por ciento tira cambio de velocidad. En Cuba sólo el 5 por ciento tira cambio de velocidad. Ahí es donde notas la diferencia, en la velocidad y el repertorio".
En una entrevista reciente el exlanzador de los Cardenales de San Luis y los Gigantes de San Francisco, René Arocha*, aseguró que aprendió a pitchear en Estados Unidos. Al comentarle sobre la polémica afirmación, Odrisamer se tomó su tiempo, como si estuviera en el montículo buscando el lanzamiento exacto para sacar out al contrario. "Creo que Arocha tiene razón. Uno aprende a pitchear acá. Yo aprendí aquí a tirar la recta cortada, a cómo se debe tirar correctamente el slider, utilizo más y estoy perfeccionando mi cambio de velocidad".
En dos años en las Mayores, además de las comodidades, la organización y el escauteo detallado de los rivales, Despaigne ha quedado impresionado por sus colegas de profesión Clayton Kershaw y Zack Greinke. "Son lanzadores excepcionales. Gracias a los reportes los bateadores saben lo que van a tirar y aun así no pueden conectarle. Es impresionante".
De los bateadores alzó la voz por Hunter Pence. "Es el tipo de pelotero que siempre quisiera en mi equipo. Él siempre juega como si fuera la última vez. He enfrentado a Mike Trout, Albert Pujols y Miguel Cabrera, quienes seguramente estarán en el Salón de la Fama, pero a quien más admiro es a Hunter Pence".

Nuevos tiempos

Después de buen rato conversando sobre su sueño cumplido de jugar con los Industriales y de la moda que generalizó en lo diamantes de su tierra natal donde ahora es común ver a los jugadores con la gorra de medio lado, resurgió el tema de la posibilidad de que los cubanos puedan jugar en Grandes Ligas sin tener que abandonar el país algo que era impensable hasta el 17 de diciembre de 2014 momento en que los presidentes de Estados Unidos y Cuba, Barack Obama y Raúl Castro, anunciaron el inicio del restablecimiento de relaciones.
"Yo creo que sí, eso está más cerca de suceder. Ojalá y sea mañana, y no tenga que esperar", afirmó Despaigne que jugó nueve temporadas en Series Nacionales ganado 59 partidos, perdiendo 45 y salvando 18. "Eso va a ayudar a muchos pero también afectará sobre todo a los peloteros porque se va devaluar el mercado. Al normalizarse todo, las cosas serían igual que en Dominicana y Venezuela y eso va a perjudicar a los que hayan jugado varios años en la liga cubana".
Pese a esa salvedad, Despaigne enfatizó que espera que todo cambié pronto y que cada quien tenga la libertad de escoger dónde jugar. "Todo el deporte, no solo el béisbol, funciona a nivel profesional, nosotros no podemos seguir diferentes a todo el mundo".

Equipo de ensueño

Antes de cerrar el diálogo no puede evitar preguntarle nuevamente sobre el hipotético equipo Cuba al cual él renunció al principio de la conversación. Esta vez aceptó y comenzó a mencionar:
"Receptores te diría que Yasmani Grandal y Brayan Peña. En primera estarían José Abreu y Kendrys Morales. En segunda Yulieski Gourriel. El torpedero para mí sería Adeiny Hechavarría, aunque también están José Iglesias y Alexei Ramírez, quien pudiera moverse a segunda porque ha jugado la posición en Cuba y aquí en Grandes Ligas. La tercera sería Yunel Escobar y Héctor Olivera también pudiera entrar en la lista".
Después de una brevísima pausa prosiguió. "En los jardines tenemos buenos jugadores, con poder y velocidad: Puig, Céspedes, Leonys Martín, Alfredo Despaigne, Tomás, Jorge Soler".
Por último, comenzó a enumerar los lanzadores: "José Fernandez, Roenis Elías, Norge Luis Ruiz, Chapman como cerrador, a Ismel Jiménez siempre lo tendría en mi equipo y Raisel Iglesias. También llevaría a un zurdo para que le lanzara a zurdos, ese sería Francisley Bueno, que ha tenido experiencia en Grandes Ligas y ahora está en México, completarían el grupo Freddy Asiel Álvarez y Héctor Mendoza, ellos todavía juegan para Cuba pero tienen calidad".
Haciéndome el desentendido le dije:
- Me falta Odrisamer Despaigne en ese equipo.
- Sí, yo podría estar, yo podría estar ahí, contestó.
Para dirigir mencionó a Jorge Fuentes, Rey Vicente Anglada o Fredi González. "Cualquiera menos Víctor Mesa y Germán Mesa", concluyó.
*René Arocha, en 1991, abandonó una selección cubana para asentarse en Estados Unidos. Él está considerado como el iniciador de la ola migratoria de peloteros de la Isla hacia EEUU.

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