
Es
una pregunta que, por lo general, se hace con más incredulidad que
curiosidad. Parecería que el MVP de la NBA del 2015 se encuentra en la
cima de su capacidad, que se ha perfeccionado al máximo su delgada
complexión y estatura promedio. En teoría, Curry tiene menos ventajas
que los atléticos y corpulentos aleros y pívots de este deporte. El
premio al jugador más valioso que recibió no viene acompañado de la
expectativa popular de que alguna vez será reconocido como el mejor
jugador de la NBA. Después de todo, el base de 1.91 m no crecerá
súbitamente hasta ganar la estatura de Anthony Davis ni saltará tan alto como LeBron James.
De hecho, si Curry alguna vez solidifica su estatus como uno de los
mejores basquetbolistas, no será porque comienza a saltar sobre
defensores o intimidantes enemigos en el poste. Las mejoras serán el
resultado de algo interno: la desaceleración del juego en su mente.
Serán producto del uso de la percepción como arma, del entrenamiento del
cerebro para que tome decisiones antes de que el rival pueda saltar.
"Puedes
ser el jugador más rápido del mundo, pero no servirá de nada si tomas
decisiones equivocadas constantemente", dice Brandon Payne de Accelerate
Basketball, entrenador de Stephen Curry
desde el paro en el 2011. Puede parecer una verdad obvia, pero lo que
es menos evidente es que uno puede entrenar el cerebro para que tome
decisiones, de la misma manera en la que se entrenan las piernas. Por
esta razón, Payne usa la palabra "cognitivo" tanto como las palabras
músculo o grasa.
Es como si hubiéramos llegado al punto en
el que, ante la falta de contexto, Curry se escuchara como un vagabundo
divagando sobre una pelea contra extraterrestres: "Camino hacia la luz,
veo el color verde. Reconozco la jugada, es un bote entre las piernas.
Así que debo tocar la luz y hacer una jugada".
¿Luces? ¿Color verde? Existe un método en su locura.
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"Es un ejercicio neurológico", resume Curry. Está hablando del uso del
entrenador FitLight, una herramienta cada vez más popular entre los
atletas y equipos (he aquí una demostración de los Toronto Raptors).
El sistema tiene luces portátiles, de diversos colores, capaces de
activarse y desactivarse con el tacto. Además, envía información
descargable al instante sobre el entrenamiento. Las luces parpadeantes
te entrenan para reaccionar, concentrarte y elegir.
Es un aparato genial, pero no es precisamente la ruta hacia el éxito.
Una herramienta es inútil si se usa de forma incorrecta. Aquí es donde
el entrenamiento se convierte en un deporte. No hay una guía sobre cómo
hacer que estos aparatos funcionen para alguien con habilidades tan
excepcionales como las de Steph Curry. Sin embargo, tras años de
observación e interacción, Payne tiene una idea.
"Hemos
diseñado ejercicios muy específicos para el estilo de juego de Stephen",
dice Payne. Es por esto que las luces con frecuencia parpadean en la
línea de triple, en situaciones que imitan lo que sucede en la ofensiva
del Golden State. Más específicamente, las luces con frecuencia brillan
en el último tramo antes del arco. Este es el lugar en el que realmente
suceden las batallas: la zona entre la línea de la media cancha y el
área de tiro.
Payne explica el ejercicio: "Una luz indica,
«¿Debes hacer un tiro de dos o tres puntos?» La segunda luz representa
la jugada que deberás hacer antes de tirar. Está tomando esas decisiones
en los últimos dos metros, justo antes de llegar a la línea de triple".
Esas decisiones se deben tomar rápidamente, dentro del vertiginoso ritmo del Golden State.
"Asociamos
distintas jugadas con el color que aparece, así que es un ejercicio
reactivo", dice Curry. "De cierto modo, imita situaciones del juego
donde, en una transición ofensiva, ves que la pierna izquierda de un
defensa está más alta que su derecha, y debes hacer una jugada para
pasarlo. Es una decisión que se debe tomar en una fracción de segundo".
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A este tipo de entrenamiento se suma una infinidad de otros ejercicios,
incluyendo los célebres ejercicios para manejo del balón de Curry, con
cuerdas y pelotas de tenis. La idea general es sobrecargar su
percepción, probar y expandir los límites de lo que su mente puede hacer
que su cuerpo controle.
Payne cree que dichos ejercicios son el presente y el futuro.
"Tenemos
la tecnología y contamos con lo necesario para ayudar a la gente a
desacelerar el juego en sus mentes. ¿Y por qué no habríamos de
aprovecharlas?" dice. "No usarla sería como tratar una lesión de LCA
como se hacía en 1983. Aunque tenemos toda esta tecnología disponible,
simplemente te vamos a poner un yeso".
El trabajo
neurológico está obviamente centrado en su increíble tiro. Al mismo
tiempo que lamenta tener que "encontrarle fallas al más grande tirador
de todos los tiempos", Payne manifestó que tiene el objetivo de "hacer
que la cadera derecha de Stephen gire más rápido". Estimó, "Algunas
veces, al ir a la derecha, arrastra un poco el pie derecho. No mucho,
solo un poco. Y, en ocasiones, eso hace que la pelota se vaya a la
izquierda porque sobrecompensa con la parte superior del cuerpo".
Payne,
obsesivo con respecto a la eficiencia, no cree que este problema se
corregirá practicando cientos de tiros en suspensión al día.
("Preferiría que tiraras de 100 a 150 tiros perfectos, mecánicamente
correctos, antes de que tu mecánica comience a descomponerse, y
continuar al día siguiente", dijo.)
La eficiencia
posiblemente sea el lema de Curry esta temporada. Aunque es un anotador
increíblemente eficiente, posiblemente pueda hacer los tiros que quiere
con menos desperdicio de movimiento: una economía de la ofensiva.
"Debemos
crear espacio con la menor cantidad posible de botes", dice Payne.
"Queremos crear la mayor cantidad de espacio con lo mínimo. Queremos
minimizar las cosas que consumen tiempo".
Y muchas cosas
conspiran para robarle el tiempo a Curry. Fuera de la cancha, se le
exige mucho a la superestrella internacional, incluyendo las entrevistas
para escribir este artículo. En la cancha, los mejores atletas del
mundo apuntan a "acelerarlo", como suele decirse, con la idea de que el
base cometa errores. Curry recurre a la desaceleración del juego en su
cabeza, al captar ritmos que nadie más percibe. Si es difícil imaginar
cómo mejorará, tal vez sea porque no podemos ver el tiempo a través de
sus ojos. espn
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