Interés por el boxeo, pero sobre todo la vanidad o el status que dará el decir “yo estuve allí”, pueden ser las fuerzas que haga que el desaforado precio de las entradas del combate entre Floyd Mayweather Jr. y Manny Pacquiao no sólo no haya sido obstáculo alguno para que se agotaran en dos minutos -quizá más bien fuera incentivo- sino que más bien haya ayudado a ello.
Y además, su valor crece de hora en hora. Las entradas más caras ya han mutiplicado por 14 su valor, y en lo que falta para el duelo pueden reaparecer una y otra vez en los circuitos de reventa.
Pero si nos ceñimos sólo a su precio normal, tenemos que el Mayweather-Pacquiao es el evento más caro por minuto de todos los grandes espectáculos deportivos, con gran diferencia sobre referencias del nivel de las finales del Mundial y la Liga de Campeones de fútbol, de la Super Bowl o la misma ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos. Y con el agravante de que su duración no es fija.
El límite de tiempo
Tomando como referencia la entrada más cara que un comprador normal puede conseguir -sin zonas VIP ni más aditamentos-, el minuto del Pacquiao-Mayweather cuesta más de seis veces más que el del All Star de la NBA o la Super Bowl. Pero eso tomando en cuenta que el combate llegue a término, es decir, al final de los 12 asaltos de tres minutos a que está pactado. En caso de un final antes del límite, el valor relativo del minuto se dispararía.
Ciertamente, el duelo entre Money y PacMan no será el único evento de la velada en el MGM Grand de Las Vegas. Hasta seis combates de diversos pesos, y algunos con boxeadores de renombre como Vasyl Lomachenko o Leo Santa Cruz, pero ninguno de ellos alcanza ni remotamente el valor atribuido al choque estelar. Floyd y Manny son la única referencia.
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