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Babic consigue 144 puntos en un partido de baloncesto y supera el récord del también yugoslayo Drazen Petrovic”
Ese era el titular un 12 de Octubre de 1985 en el diario El País. Fue
en el pabellón Jazine, cancha del Zadar. El partido terminó 192-116
entre el Zadar y el Hapoel Limasol en la Copa Korac que se llevaron los
primeros, los croatas. El protagonista fue el jugador yugoslavo Zdenko Babic, de 25 años y dos metros de estatura, que batió el récord mundial de anotación.
Lo curioso de este récord son el protagonista y el motivo. Babic era
el undécimo o duodécimo jugador del equipo pero empezó a anotar y logró
una media de casi dos canastas por minuto. El motivo está relacionado
con Drazen Petrovic, el genio croata, del que justo se cumplen 22 años
de su fallecimiento.
Lo explica el entrenador del Zadar, Djurovic, en una entrevista al
diario ‘Politika’. El impresionante registro de Babic obedeció a un plan
premeditado producto de una conversación en un bar de la actual capital
serbia, donde el baloncesto forma parte habitual de muchas
conversaciones: “El Cibona derrotó al Olimpia Liubliana por 158-77
en la primera jornada de la Liga yugoslava pocos días antes de nuestro
partido contra el Hapoel. Drazen Petrovic anotó 112 puntos, pero
la gente no recuerda que el Olimpia jugó aquel partido con juniors
porque sus jugadores sénior no tenían las licencias en orden por culpa
de un error administrativo. La prensa de Zagreb glorificó los 112 puntos
de Petrovic, eso sentó mal en Zadar y, a continuación, nació la idea de
destronar a Petrovic”, explica Djurovic.
“En un primer momento, cuando me propusieron la idea de intentar
batir el récord de Petrovic no me pareció nada bien. Pero luego, viendo
el resultado del primer partido y el aburrimiento que esperaba al
publico en el segundo, acepté con el ánimo de ofrecer algo divertido a nuestros espectadores”, añadió el técnico del equipo croata.
¿Por qué este jugador? “Mi idea era Petar Popovic, nuestro máximo
anotador, un gran tirador, pero no quiso. Después hablé con Matulovic,
Mladjan, Hrabrov, Pahlic y los demás, que tampoco aceptaron. Al final
convencimos a Zdenko Babic, que era el undécimo o el duodécimo jugador
del equipo. La táctica era que él se quedara casi siempre cerca del aro
rival y que nuestros pívots, muy superiores, rebotearan con facilidad y
se los dieran a él”, termina explicando Djurovic.
El récord de Petrovic (112 puntos) fue superado.
“La fiesta en Zadar era grande. Entramos en la historia del
baloncesto europeo. El único enfadado era Drazen Petrovic, que fue
jugador mío en el Sibenka en las temporadas 82/83 y 83/84. Nunca me dijo
nada, pero su madre, Biserka, me contó una vez que estaba enfadado
conmigo y con todo Zadar”, finalizó añadiendo Djurovic veinte años después en esa entrevista.
Esto es un reflejo del duelo entre ambos equipos y lo que significó este jugador que nos dejó hace 22 años.
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